Buenos augurios para los medios

La facturación de los grupos de comunicación superará los 24.000 millones de euros en 2015, lo que supone un incremento del 5% en tasa anual compuesta, crecimiento que también se hará evidente en el caso de la televisión de pago, puesto que el volumen de negocio en este segmento alcanzará en 2015 los 177.000 millones de euros. Es decir, un 6,1% más del volumen de negocio registrado hasta la fecha.

La duodécima edición del estudio que analiza la evolución del sector de los medios, ocio y entretenimiento pone de manifiesto que las nuevas tecnologías le han tomado la delantera a los medios tradicionales.

Los expertos de la consultora internacional apuntan que los ingresos procedentes de la publicidad online y del acceso a internet se convertirán en el motor del sector de medios de comunicación en nuestro país durante los próximos cuatro años. Sus pronósticos apuntan a crecimientos del 13% en la facturación publicitaria en la red, en tasa anual compuesta.

Por su parte, el negocio de la publicidad en papel seguirá cayendo a un ritmo estimado del 0,1%. Mientras que, en su versión online, la publicidad incrementará su facturación en un 11,1% hasta alcanzar los 186 millones de dólares.

Manuel Martín, socio de telecomunicaciones, entretenimiento y medios de la firma, no duda en afirmar que “las compañías deberán adaptarse a la rápida digitalización de los diferentes elementos del sector y al aumento de las expectativas del consumidor si quieren tener posibilidades de éxito”.

Tendencias de futuro

El informe de PwC marca tres claras tendencias que marcarán el futuro del sector entre los años 2011 y 2015.

- Cobrar por los contenidos se convierte en todo un reto en un contexto digital en el que el consumidor tendrá que ofrecer valor añadido sirviéndose para ello de mayores posibilidades de participación y de exclusividad en sus productos.

- Los anunciantes buscan a un público objetivo cada vez más concreto y la era digital abre la posibilidad de incluso poder interactuar con ellos.

- La digitalización impone una redefinición del negocio con la tecnología como base, para posibilitar un plan de desarrollo sostenible a futuro.