Bajo siete llaves

La paciencia de los diplomáticos se agotó cuando el 1º de marzo la Unidad Reguladora de los Servicios de Comunicación (Ursec) intimó a la empresa telefónica de origen mexicano Claro para que, en el plazo de 45 días, deje de prestar servicios de Internet a sus clientes a través de fibra óptica. El organismo oficial advirtió a Claro que en caso de no acatar su decisión tendrá severas sanciones que podrían incluso llegar al retiro de la licencia para operar en Uruguay, dijeron fuentes del ente a El Observador, periódico que, por otra parte, se hizo eco del enojo de los diplomáticos españoles y mexicanos. El diario informó que en los primeros días del 2012, la Ursec realizó inspecciones en varias zonas de Montevideo y mediante fotografías pudo comprobar dichas conexiones. Así las cosas, los mexicanos le dejaron en claro al Gobierno de José Mujica que defenderán los intereses de los inversionistas de ese país que hacen negocios en Uruguay. En la sede diplomática española también están en alerta roja. Los funcionarios siguen de cerca el proceso de Movistar que enfrentó problemas para el tendido de líneas, así como las frecuencias que debe utilizar. El Observador destacó que si bien la empresa española no comercializa servicios de Internet por fibra óptica, “sí reivindica poder hacerlo”. Emilio de la Fuente, consejero económico y comercial de la embajada de España en Montevideo, señaló a El Observador que Movistar intenta competir y encontró dificultades para desarrollar el negocio: “Siguió el camino de ir a la Ursec pero siempre encuentra un no como respuesta”, afirmó. El diplomático añadió que lo que les queda es llegar a los tribunales donde Movistar “siempre gana”. Con todo, De la Fuente reconoció que llegar al extremo de recurrir a la Justicia no es lo ideal porque “retarda inversiones y planificaciones, y eso no es conveniente para un negocio que es dinámico”. El diplomático también recordó que España es el primer inversor en materia de servicios. El origen del conflicto El Observador explicó que la Ursec, así como el Ministerio de Industria, considera que las empresas privadas solo tienen permiso para ofrecer Internet por vía inalámbrica y que el monopolio del cableado lo tiene ANTEL. Por eso, siguió el segundo diario del país, ante la sospecha de que Movistar y Claro estaban usando fibra óptica, a principios de diciembre de 2011 la Ursec lanzó una ofensiva para confirmar si eso estaba sucediendo. Una vez que la noticia fue publicada en El Observador, la empresa Claro reconoció, y reivindicó, la prestación de ese servicio. El monopolio, de momento, está a salvo. Los votos, posiblemente, también. La modernización del mercado de Internet tendrá que esperar. ¿A alguien le importa en Uruguay?