Medios de comunicación, ¿negocio o poder?

En Colombia detrás de los medios de comunicación están los sellos de grandes conglomerados económicos: Caracol Televisión y El Espectador pertenecen al Grupo Santo Domingo; RCN Televisión y radio, son de la Organización Ardilla Lülle; Caracol Radio del grupo español Prisa; y Casa Editorial El Tiempo, cuya participación mayoritaria está en manos del Grupo Planeta, pasaría al empresario colombiano Luis Carlos Sarmiento Angulo.  Con esta breve y concisa reseña, el periódico mexicano El Economista muestra el tablero mediático colombiano. Pero esta foto del sector se repite en los principales países de la región. Veamos.

En efecto, en Argentina, sigue el artículo, figuran jugadores como el Grupo Clarín, propietario del diario Clarín. Si bien El Economista afirma que el periódico centenario y conservador  La Nación también pertenece al grupo que preside Hernista Herrera de Noble, lo cierto es que La Nación, al menos oficialmente, ya que circulan versiones que la banca off shore Barton Corp  tendría una participación importante, responde a la familia Mitre.Sí, en cambio, Clarín guarda en su caja fuerte los títulos de propiedad de las las licencias locales de publicaciones como Rolling Stone, ¡Hola! y OHLALÁ, además de agencias de noticias, radios y televisión.

En Chile, continúa El Economista, el Grupo Copesa tiene bajo su potestad varias marcas de radio, prensa, televisión e internet, entre ellas Pulso, La Tercera, La Hora, La Cuarta, El Diario de Concepción, Qué Pasa, Paula, BizHoy, Biut, Agrupémonos, Zoom Inmobiliario, Zoom Automotriz, Promo Service, y las estaciones Zero 97.2 y Duna 89.7, entre otros.

También es fuerte el Grupo Claro, cuyo nombre se debe al empresario Ricardo Claro, que está detrás de Ediciones Financieras S.A. a la que pertenece el Diario Financiero (adquirido al ya desparecido grupo español Recoletos); también es dueña de Ediciones e Impresos S.A. casa a la que está suscrita Revista Capital. De acuerdo con la más reciente información, la firma vendió Megavisión, su único canal de televisión, al Bethia que a su vez es accionistas de la línea aérea LAN Chile.

Un tercer grupo importante – y sobre todo muy influyente en el target conservador de la sociedad - en Chile es El Mercurio, la empresa periodística más grande, con 15 periódicos de circulación nacional y regional, entre ellos El Mercurio de Valparaíso, El Mercurio de Santiago, Las Últimas Noticias, El Mercurio de Antofagasta, La Estrella de Valparaíso, El Líder de San Antonio y La Prensa de Tocopilla.

En Venezuela, el Grupo Cisneros es dueño de Venevisión y Venevisión Continental, uno de los principales canales privados del país. El Grupo Cisneros, con su presidente, Gustavo Cisneros al frente, encabeza la oposición mediática a Hugo Chávez, presidente del país. En cuanto a impresos, destaca El Economista, los dos periódicos más grandes, El Nacional y El Universal, pertenecen a las familias Otero Silva y Mata, respectivamente. Finalmente, otro caso de conglomerados es el de Brasil, en donde el medio más importante, O Globo, es parte de InfoGlobo, un conglomerado de medios con presencia en radio, prensa y televisión. Vale destacar, además, que O Globo es quizás el medio con más poder e influencia en Brasil. Los funcionarios dimitidos de la actual Administración dan fe de ello. 

La pregunta del millón que muchos se hacen, más teniendo en cuenta la difícil situación financiera por la que está pasando la industria editorial, es ¿por qué comprar medios? Según El Economista, esta dinámica de adquisiciones responde a la idea que ser propietario de medios de comunicación afianza el poder económico y político que ya se posee por su fuerza económica y negocios.

De acuerdo con Juan Carlos Gómez, investigador del observatorio de medios de la Universidad de la Sabana, y citado por El Economista, las movidas de los empresarios al entrar a ese sector, tiene que ver con la “posibilidad de ampliar su capacidad de influencia y de poder”.