El espionaje telefónico a Merkel  dispara el negocio de encriptación de móviles 

El espionaje telefónico a la canciller alemana Angela Merkel, potencia un nuevo mercado de protección  y encriptación de estos terminales. La debilidad de los sistemas operativos de Google y Apple está abriendo campo a las compañías de seguridad que venden aplicaciones para encriptar las comunicaciones. No por casualidad la canciller alemana tiene ahora un Blackberry, la firma canadiense, que posee uno de los mejores sistema de encriptación del mercado.

La empresa Segurimar denuncia la realización de miles de pinchazos telefónicos en España, entre 4.000 y 5.000. La policía, los jueces y los servicios de inteligencia lo hacen muy a menudo para vigilar a criminales, y para controlar operaciones de blanqueo de capital o corrupción política. Pero no todo es legal, hay muchos pinchazos ilegales a políticos, periodistas, empresarios y profesionales famosos para conseguir informaciones confidenciales que se pueden utilizar con los más variados fines, desde la competencia desleal a la extorsión. El espionaje puede alcanzar también a particulares por razones laborales, familiares, relaciones de pareja, infidelidades. “Esta práctica es más frecuente de lo que se cree”, asegura un portavoz de Segurimar.

En las operaciones policiales Pokémon y Manga se pincharon 200 números telefónicos por orden de la jueza de Lugo, Pilar de Lara, atendiendo a los requerimientos policiales. Estas escuchas afectaron a concejales, altos cargos del Ayuntamiento de Santiago, y responsables de empresas que trabajan con la administración local.

Segurimar informa sobre el abaratamiento de la encriptación telefónica en España, se puede hacer desde 1.500 euros, un 25% mas barato que en Alemania. Evitan nuevas estrategias como activar a distancia el micrófono del móvil para realizar una escucha de su entorno incluso aunque esté apagado. La escucha de interferencias en el audio de los móviles cuando están apagados es una forma de detectar el pinchazo. También e calentamiento excesivo del terminal, o la duración cada vez más breve de la batería.