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Los resultados de las principales empresas editoras de prensa en España en los nueve primeros meses no es que sean malos: son escalofriantes. Vienen de más de cuatro años de caídas sin final, EREs sin cuento, miles de periodistas despedidos, más de medio centenar de cabeceras cerradas. Solo queda…fusionarse. Ha comenzado el baile de los cojos.

El poder financiero es más fuerte que nunca tras la crisis financiera global, por una de esas paradojas que ponen en evidencia las realidades más o menos ocultas del mundo. Tiene embridado al poder político y sus “puertas batientes” facilitan el paso de sus personajes de una esfera a la otra. Ahora se está adueñando de los medios de comunicación, aprovechando sus precios de derribo, con motivo de la transición digital. Las pérdidas de los medios son un “maná” dorado para ellos. La banca gana.

El diario “El País” es un activo muy valioso, un medio de referencia esencial en todo el ámbito de la lengua española y la información On Line. Ha entrado en un vendaval de crisis muy peligroso y es un tema que a todos nos concierne, mucho más a los periodistas. Los talibanes ideológicos que se alegran de su caída no entienden el carácter estratégico de un medio global español. Todos deberíamos arrimar el hombro para apuntalar ese edificio singular. Y una buena forma de hacerlo es debatir sobre las verdaderas causas de su declive y su crisis, que van mucho más allá de unos errores de gestión o de imputar todas las culpas a un responsable, por alto que sea su ejercicio.

En medio de la bruma de una transición digital que aún está en sus comienzos, empieza a haber ciertas cosas más o menos claras en perspectiva mundial, aunque aún nadie se aventura a trazar el horizonte de los medios de comunicación con una década o más de prospectiva. Podemos enumerar algunos trazos y orientaciones.

El verano no le ha sentado nada bien a la prensa española. Al regreso de las vacaciones, nos encontramos con que la mayor parte de los medios no solo están atravesando una profunda crisis, es que están quebrados. El modelo se ha roto y los trabajos para una transición digital están muy retrasados. Se anuncia una nueva oleada de despidos para septiembre y se negocian acuerdos entre grupos para recortar gastos. Más aspirinas para el enfermo agonizante.

1.309 periodistas han sido despedidos en el primer trimestre, según contabiliza la FAPE. Se suman a los más de 6.000 que han sido despedidos en los últimos tres años, con lo que más de 10.000 profesionales están en la calle. A mediados de junio, habrá otros EREs y nuevos ajustes en marcha que podrían eliminar a otros 500 periodistas más, en lo que será sin duda el año más nefasto de la historia para el periodismo en España. Y queda lo peor.

¿Solo sabes hacer EREs?: Entonces, estás muerto. Desde 2008, 6.234 periodistas han perdido su puesto de trabajo en España, según la FAPE. Se han cerrado 57 publicaciones y se han hecho 23 EREs. Ahora hay otra media docena de EREs en marcha que amenaza a más de 300 periodistas. Sin embargo, hasta ahora solo se ha sabido de un despido de un directivo de medios de comunicación. Algo está mal.

La historia de las TV privadas y públicas en España es muy singular. Cuando por fin se autorizaron cadenas privadas para competir con la pública, Antena 3 y Telecinco se convirtieron al principio en unas maquinas de perder dinero que hicieron ricos a muchos negocios de servicios y proveedores alrededor de las emisoras. La pérdida de la publicidad en RTVE, decretada por el Gobierno de Zapatero, llenó los bolsillos del duopolio resultante, producto de varias fusiones. Ahora el chollo comienza a desquebrajarse, atacado por varios frentes convergentes.

Esta es la pregunta que deben hacerse no solamente los periodistas sino también todo profesional, todo empresario. De esta autoevaluación depende su futuro. Pero la interrogante va mucho más allá de las habilidades en nuevas tecnologías, de la mera tecnoadicción, del uso de la informática, las tabletas o los móviles inteligentes o las redes sociales. Un “friky” puede ser un ignorante digital oceánico.

El primer trimestre del año ha sido desastroso para los principales medios de comunicación impresos de España. Los ingresos publicitarios se han desplomado sobre las cifras ya muy malas del año pasado y las ventas por circulación siguen en una caída que parece no tener fondo. No es solo la crisis, sino también sus propios errores: su inmovilismo, la falta de verdadera innovación para adaptarse a la era digital, el pobre recurso al despido sistemático de profesionales, la pauperización de las redacciones, una gestión empresarial torpe y miope. Básicamente, los periódicos se siguen haciendo igual que hace 36 años, cuando salió a la calle “El País”. Se aproxima una debacle.