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La importancia que tiene un MBA Executive en el desarrollo de una carrera profesional

Por José Luis Zunni
martes 12 de septiembre de 2017, 07:55h

Si se busca un denominador común entre la importancia que tiene cursar un MBA Executive y el desarrollo de una carrera profesional, la gran mayoría de expertos afirmaría que se trata del medio y largo plazo. Los cambios no son repentinos, salvo que la coyuntura que se presenta en la organización en la que trabaja nuestro hipotético candidato, está requiriendo con urgencia la cobertura de un puesto de responsabilidad.

Pero cuando en un programa de alta dirección de esta categoría “Executive” empieza a formar parte de los nuevos conocimientos teóricos y aprendizaje de experiencias de acreditados profesores, se ha producido un hecho muy simple: tener las mejores herramientas, formación teórica, capacitación y entrenamiento con metodología de vanguardia, que nutre de nuevas habilidades para impulsar la carrera de ese potencial nuevo líder.

El MBA Executive un punto de encuentro del talento.
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El MBA Executive un punto de encuentro del talento.

El cambio comienza en la determinación de este candidato en formarse de manera consciente, haciendo todos los esfuerzos para incorporar ese nuevo aprendizaje que cambiará su vida laboral a breve plazo.

Por ejemplo, saber gestionar un proceso de negociación de nombramiento que se le quiere hacer, cuidando muy bien la relación entre recursos disponibles que se le asignan y responsabilidades asumidas. Lo que sí es cierto, es que en cualquiera de las situaciones que finalmente sean consensuadas entre empresa y candidato, iniciará una nueva etapa con un horizonte despejado del cual el MBA Executive será el principal responsable.

En el caso de aquellos profesionales que lo hayan terminado pero aún no están ocupando un puesto de trabajo en ninguna empresa, les dará un mejor posicionamiento de marca personal y se sentirán más seguros en cuanto a las diferentes reuniones, entrevistas, etc., que tengan que realizar para optar a un puesto de trabajo. Seguramente le será más fácil hacer que los responsables de reclutar el mejor talento y en las mejores condiciones, valoren las habilidades técnicas y tipología de personalidad a través de las llamadas soft-skills (habilidades blandas) que tienen que ver con el campo de las competencias emocionales.

Un buen reclutador percibe inmediatamente las cualidades del candidato y su nivel de profesionalidad.

Un MBA Executive es el mejor punto de encuentro para crear futuro

Es evidente que en los cursos de esta categoría, se reúne muy buen talento y experiencias diversas que en conjunto son enriquecedoras. Es frecuente que una vez que haya pasado el curso, se mantenga contacto con varias de estos asistentes que a su vez forman parte de organizaciones importantes, que además de mantener abierto el canal de comunicación, pueden en un momento determinado abrir una puerta importante para que nuestro candidato inicie su desarrollo profesional en una organización de referencia.

Es frecuente la organización de una variedad de actividades sociales y profesionales, a través de un club de ex – alumnos que mantengan un contacto anual y reciban información periódica, así como que asistan a eventos de categoría como seminarios, jornadas, etc.

La disposición que los asistentes a un MBA Executive puedan hacer de la experiencia y sabiduría de los diferentes coaches, da a este tipo de programas un valor añadido que es un crédito especialmente reconocido en los ambientes profesionales. No en vano, cuando en una entrevista de personal se pone de manifiesto que determinado experto ha sido coach y/o mentor del candidato, esto en sí mismo es un atributo diferencial al que se le atribuye gran importancia.

Con toda seguridad e independientemente de las plataformas a las que tengan acceso las diferentes instituciones académicas para la formación Executive, se facilita construir un plan de trayectoria profesional y personal, lo que va abriendo las diferentes oportunidades de una carrera promisoria.

Asistir a un MBA Executive es tener una nueva visión sobre las empresas.

En la dirección y gestión empresarial no hay recetas milagrosas. Tampoco las hay para potenciar el desarrollo de una carrera profesional de un directivo que ha asistido a un MBA Executive. Pero lo que sí es seguro, que un curso de esta categoría da un conocimiento global de las diferentes áreas de una empresa, tales como estrategia, recursos humanos, finanzas y contabilidad, gestión de proyectos o marketing, no sin lograr también desarrollar y potenciar las habilidades propias para ocupar cargos de responsabilidad en cualquier organización.

Esta capacitación y entrenamiento en habilidades es producto de la apertura, como de un abanico se tratase, de las aplicaciones de conocimientos teóricos adquiridos en un MBA Executive, pero además habiéndose formado en nuevos modelos de pensamiento y actuación con los que no se contaba antes de cursarlo.

Esto implica conocer en profundidad las técnicas de liderazgo, saber coordinar y liderar equipos, así como adquirir una perspectiva de negocio diferente en la que prevalezca en todo momento el sumar un eslabón más al valor añadido de la compañía.

Desde ya que un MBA Executive también brinda una perspectiva internacional de negocio y comprensión de cómo debe actuarse en otras culturas, qué pasos hay que dar en las estrategias de marketing, etc.

También permite hacer conocer en profundidad la manera en que se relacionan funcional y operativamente todas las áreas de una organización. Este conocimiento facilita el poder avanzar y tener mejores posibilidades para promocionarse de manera natural en la empresa.

Los alumnos de un MBA Executive incorporarán tal cantidad de conocimientos y experiencias aplicadas que les son enseñadas por profesionales expertos, que estarán en condiciones de hacer frente a nuevos retos con una mejora en la capacidad de visión estratégica y de desarrollo personal como directivo.

¿Qué es lo que indica la necesidad o no de cursar un MBA Executive?

Como todas las cuestiones en la vida, depende de cuáles sean las circunstancias particulares del candidato, tanto su situación profesional actual (si está trabajando o no; si pretende ser promocionado en la misma organización; si está desocupado; etc.) como la personal.

Mientras que para algunos es casi una obligación impuesta por un compromiso con la empresa y su dirección, para la gran mayoría de personas es un plus claro de contenidos curriculares que podrá mostrar no sólo en un papel, sino la capacidad de implementación de los mismos porque ha adquirido una nueva visión y perspectiva del entorno y del funcionamiento de las organizaciones. Tendrá mejor capacidad para la resolución de problemas y más rapidez (o menos dudas) a la hora de tomar decisiones.

Los graduados de una MBA Executive seguramente mirarán el mundo a partir de ese momento desde un atalaya privilegiado, porque están preparados para comprender y entender mucho mejor las variables que entran en juego constantemente en los ámbitos locales e internacionales, lo que les otorga el rol de nuevos líderes en potencia.

Los directivos que deciden cursar un MBA Executive y que ya están llevando la gestión y mucha responsabilidad en las empresas que trabajan, les aporta unas habilidades más allá de su área de especialidad.

Para alguien que viene de otro sector, le proporciona conocimientos que seguramente no ha tenido a lo largo de su carrera. Y una cosa a destacar: es muy importante el contacto que se establece con personas del mismo perfil, que terminan convirtiéndose en un activo a breve plazo, aunque sólo sea para consultas y comentarios entre colegas de un mismo sector o si por el contario, pertenecen a sectores distintos.

Valor añadido para la empleabilidad

Nuestro candidato que ha finalizado su MBA Executive, cuenta con una opción seria, para consolidar una carrera profesional como directivo. ¿A qué se debe la seguridad de esta afirmación? A que en los últimos tiempos se les ha dotado de contenidos curriculares que no sólo hacen referencia a cuestiones técnicas y demás herramientas que deben saber gestionar, sino que buscan un aspecto muy valorado en los últimos años que son las habilidades de comunicación, capacidad de trabajar en equipo y subsidiariamente estar en condiciones de coordinar uno. Las habilidades en técnicas de negociación, resolución de conflictos, orientación al cliente y en general, el buen uso de las competencias emocionales, son atributos muy bien valorados y elementos distintivos de quiénes están en condiciones de asumir posiciones de liderazgo en la organización.

Al adquirir una formación muy actualizada en las más modernas técnicas del management y el liderazgo, están en condiciones de desarrollar y aplicar con efectividad un pensamiento crítico y habituarse a saber focalizar y estructurar los problemas o retos a los que se enfrentan. En definitiva, el camino del éxito no es un punto en el tiempo, sino un proceso que puede alcanzarse desde la tarea y esfuerzo diario en el que se cuide escrupulosamente la forma en que encajan los distintos elementos que forman parte de la operativa diaria en cualquier empresa. Y conocerlos en profundidad y saber cómo gestionarlos adecuadamente es la clave.

Nuevos líderes, nuevas actitudes

La actitud de un líder debe estar encaminada a potenciar como primera prioridad la carrera de su personal, sean departamentos o los miembros de los equipos que supervisa y coordina, antes que preocuparse por su propia carrera. Esta forma de actuar también se aprende y se internaliza debidamente en un MBA Executive cuando se explica la importancia de la formación y capacitación del personal, que debe ser una de las principales preocupaciones del líder. La individualidad deja paso al colaboracionismo profesional en todos los niveles organizativos. No es una cuestión de moda, sino de supervivencia para garantizar el mejor nivel de competitividad.

La formación recibida en un MBA Executive, entre otras cuestiones, le ha enseñado al candidato a saber prepararse y ayudar a otras también a mejorar, en los esfuerzos por ascender en posiciones dentro de la organización. Mayores responsabilidades exigen una actualización permanente que la metodología de un MBA Executive le da al candidato, porque le ha enseñado a abrir ventanas de consulta, contactos con expertos, etc.

Los MBA Executive y el talento

No hay que exagerar que el mejor talento profesional de la ciudad está reunido en determinado MBA Executive. Pero no estaríamos demasiado lejos de la realidad, al decir que en cada uno de los MBA Executive que ha hecho un proceso de selección riguroso, al menos se tiene la certeza que sí está constituido por una gran dosis de talento. El talento en bruto puede que no sea un referente claro, pero una vez finalizado el MBA, los asistentes estarán en condiciones no sólo de sacar provecho de lo aprendido y del proceso metodológico de aprendizaje, sino también de multiplicar ese talento mediante la orientación de otras personas (subordinados, compañeros de equipo, etc.) que será un especial entrenamiento para afirmar sus conocimientos, la puesta en práctica de lo aprendido y lo más importante, la percepción por parte de la alta dirección de que hay un nuevo líder en potencia para ocupar posiciones.

El talento se ha multiplicado y los efectos económicos de la incorporación de talento a un MBA Executive por un proceso selectivo, termina a su vez como un efecto multiplicador en la cantidad de talento derivado por cada una de las acciones que los asistentes a ese MBA, hagan también como nuestro candidato en cada una de las empresas en las que están desarrollando su carrera.

La carrera profesional es una cosa muy seria. Es larga, dificultosa y requiere disciplina y esfuerzo. Un MBA Executive la facilita y ayuda a que los diferentes procesos por los que tenga que pasar el candidato se acorten en el tiempo. Y el tiempo como dice la expresión coloquial “es dinero”. Esto las empresas lo saben y apuestan por ello.

Artículo escrito por Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuelas de Negocio), miembro de ECOFIN Business Schools y del Jurado ECOFIN, junto a José Luis Zunni, director de ecofin.es y vicepresidente de Foro ECOFIN.

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