28 de marzo de 2024, 23:26:34
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Argentina


La salud presidencial según los medios

Por Sergio Manaut

El sorpresivo cambio de diagnóstico tras la operación a la que fue sometida Cristina Kirchner reflejó la relación de las empresas periodísticas con el Gobierno.


Quizás por aquello “del olfato o, para ser más sinceros, morbo periodístico”, el gremio lo primero que hizo fue hacerse con Clarín para ver cómo había titulado su portada. Y nadie salió defraudado. El diario de Hernestina Herrera de Noble echó mano a la fina – y por tanto dura – ironía: “La Presidenta fue operada de un cáncer que no tenía”. El editor general adjunto de Clarín, Ricardo Roa, escribió que Cristina no tenía el cáncer que habían anunciado sus médicos. “Y en lugar de explicar qué es lo que pasó, cargan sobre Clarín". El periodista afirma que el diagnóstico inicial fue equivocado, y renglón seguido tira un dardo tan envenenado como cierto: "fue operada sin necesidad y le extirparon inútilmente la tiroides".

Pablo Sirvén, periodista de La Nación “todo terreno”, pero especializado desde sus comienzos en “Espectáculos” destaca que Clarín reproduce, como el resto de los diarios, un documento clave: el estudio histopatológico fechado el 22 de diciembre que habla de una citología compatible con carcinoma papilar de células foliculares, distinto a la certeza con la que cinco días más tarde el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, hizo el anuncio ("Se detectó la existencia de un carcinoma papilar en el lóbulo derecho de la glándula tiroides"). El texto de Clarín deja flotando en el aire un interrogante obligado: ¿el Gobierno buscó una cuota extra de dramatismo? Y si fue así, ¿con qué objetivo?

La Nación, fiel a su estilo moderado y a pesar de estar también en conflicto con la Administración Kirchner, optó por un titular que no genere malestar en núcleo del poder: "Negó la Casa Rosada errores en el tratamiento de la Presidenta". Tratamiento no es lo mismo que diagnóstico, diferencia que a los editores del periódico centenario seguramente no se les escapó.

Con todo, Carlos Pagni, el columnista de La Nación que tiene a su cargo mostrarle los dientes al Gobierno, se preocupó en resaltar que otro estudio posterior realizado por el servicio de Patología del Hospital Austral "determinó la existencia de una alteración celular, pero no concluyó que fuera un carcinoma. Es muy relevante esta disidencia, sigue Pagni,  porque estaría indicando que no se trató de un 'falso positivo', es decir, de un error inevitable por la deficiente información de la muestra, sino de una equivocación del patólogo que realizó el primer examen".  Pagni se guarda la munición gruesa para el final: "Todas estas irregularidades obligan a preguntar si el Gobierno no está tratando al cuerpo de la Presidenta con la misma negligencia con que administra la moneda, el comercio, la energía o la aeronavegación. Sería gravísimo".

Sirvén mira la otra cara de la moneda y cuenta el enojo de los medios oficialistas en relación al manejo por parte de la administración de la salud de Cristina Fernández.  Veamos a continuación los contrapuntos destacados por el columnista de la Nación:

* "Con el cáncer no se juega", titula Crónica. "El 'falso positivo' -afirma el popular tabloid- sólo puede verificarse una vez extraído el órgano afectado".

* Crónica y BAE comparten un mismo editorial intitulado "Desear el mal, como un plan sistemático". Afirma su texto que "sin límites éticos ni profesionales, los diarios Clarín y Perfil lamentaron ayer tener que publicar que la Presidenta no está enferma de cáncer". En cambio cita, en larga parrafada, las explicaciones médicas consignadas en la edición de ayer de La Nación.

* Tiempo Argentino titula que "el informe médico del laboratorio Maipú desmiente al diario Clarín" y su vicedirector, Gustavo Cirelli, habla en la tapa de "Clarín y la mala praxis". Página 12 sigue el tema sin tanto despliegue ni pasión, más entusiasmado por poner en primer plano que "una mujer denunció a su padre, Raúl Martins, ex agente de la SIDE, por manejar centros de prostitución".

* Fernando González, director periodístico de El Cronista, escribe que "es seguro que alguien se equivocó con algo tan sensible como la salud presidencial. O los médicos erraron el diagnóstico, o el Gobierno sobredimensionó la comunicación de la enfermedad, tentación en la que el kirchnerismo ya ha caído con otros asuntos donde se mezclan lo humano y el poder".

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