29 de marzo de 2024, 14:33:07
Tecnologías Emergentes

Una investigación de Vice News revela el funcionamiento de esta base de datos


World-Check: la lista negra global en la que podrías estar sin saberlo

Por Miguel Ángel Ossorio Vega

Existe una base de datos a la que únicamente acceden bancos, empresas, gobiernos y organismos con casi 3 millones de referencias de personas u organizaciones señaladas por delitos o sospechas de peligrosidad. La clasificación de cada miembro de la lista se hace según “fuentes externas”: desde antecedentes penales reales… hasta un post en un blog.


¿Te imaginas que los bancos, gobiernos y empresas tuvieran en sus manos una lista en la que apareciera tu nombre acompañado de un dibujo de pasamontañas rojo – lo cual significa que sospechan de ti como terrorista -? Pues empieza a hacerlo, porque si estás en esa lista… no te vas a enterar. Es la World-Check, una base de datos global, disponible en Internet solo para suscriptores que pueden llegar a pagar un millón de dólares al año por acceder a ella, en la que se incluyen desde nombres de particulares hasta empresas y ONGs que, según las fuentes que se tienen en cuenta para configurarla, podrían representar un riesgo para la seguridad y los negocios. Es la lista negra mundial que controla una empresa privada, Thomson Reuters, y que solo consultan los poderosos, decidiendo a partir de sus contenidos si cierran cuentas bancarias, niegan un negocio, impiden el acceso…

La base de datos, según la investigación de Vice News, contaría con más de 2,7 millones de entradas. Unos 93.000 registros calificarían de “terrorista” a personas, empresas u organizaciones, aunque también existen categorías como “narcóticos”, “crimen organizado”, “trabajo esclavo”, “explotación sexual a menores” o “persona con exposición política”.

La clasificación se crea, al parecer, a partir de información que proviene de distintas fuentes, ya sean policiales o públicas, como artículos, blogs y redes sociales. Entre los datos se incluyen nombres, lugares, fechas de nacimiento o detalles acerca de la educación de esa persona, pero la investigación de Vice News reveló cómo, en ocasiones, se incluyen números de la Seguridad Social o pasaportes. En el perfil de algunas personas puede leerse “investigado”, “acusado”, “interrogado”, “detenido” o “enjuiciado”, en lo que puede considerarse un certificado de penales privado disponible en Internet previa suscripción. La lista incluye, además, enlaces a las distintas fuentes tenidas en cuenta para otorgar cada clasificación delictiva a un sujeto: en muchas ocasiones hay links a posts de blogs en los que, por ejemplo, se acusa a esa persona de terrorismo. Aunque la veracidad del blog sea más que cuestionable.

Desde Thomson Reuters defienden la imparcialidad de las fuentes consultadas para configurar y actualizar la lista. Vice, sin embargo, reveló los datos que algunos perfiles que llevaban hasta 8 años sin ser actualizados, algo que afecta a muchas personas que se han reinsertado en la sociedad o han renunciado a su vida delictiva. Existe un sistema para apelar la clasificación que una persona o institución tiene en esta lista, pero para ello es necesario saber que se está incluido en ella, evidentemente. Y la cláusula de confidencialidad obliga a los abonados a la lista a guardar secreto absoluto sobre sus contenidos, por lo que un banco puede cerrar la cuenta de un sujeto sin dar ninguna explicación y ese sujeto nunca sabrá que el motivo era estar incluido en World-Check… por lo que nunca podrá defenderse y solicitar salir de esa base de datos. Peter Frankental, director de asuntos económicos de Amnistía Internacional en Reino Unido, explicó que “cualquier empresa que utilice o mantenga listas negras está en riesgo de abusar de los derechos humanos” por la posibilidad de violar “su derecho a la privacidad”. “Las víctimas de dicha actividad deberían tener acceso a un litigio civil para reclamar una reparación por los daños causados”, añade.

A esta lista (que se ofrece como un “sistema de alerta temprana de riesgos ocultos”) acceden 49 de los 50 principales bancos del planeta, 300 agencias gubernamentales y de inteligencia, bufetes de abogados y empresas de todo tipo que están suscritas. Desde 2011 es propiedad de Thomson Reuters tras comprar por 530 millones de dólares la empresa que la creó allá por 1999. Esta industria, que no está controlada por ningún gobierno, podría alcanzar los 30.000 millones de dólares en los próximos años, por lo que es una de las que mayor potencial de crecimiento presenta en la actualidad, a pesar de los dilemas morales que tiene clasificar a las personas según lo que un blog publique sobre ellas.
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