Doctor pone como ejemplo de su tesis la revista para iPad lanzada recientemente por el “Huffington Post”, que tiene un precio de 0,99 dólares. Se compone de informaciones ya utilizadas en Internet y de otras nuevas. “No son los únicos que están experimentando con el re-empaquetado de contenido”, apunta el autor, que se pregunta: ¿Cómo la reutilización de algo puede valer dinero? Él mismo se responde: “Supongo que siempre será nuevo para alguien porque, ¿quién puede mantenerse al día con el aluvión de información que tenemos? La falta de claridad es la que hace que los modelos freemium estén ganando adeptos”.
Doctor señala que, por tanto, los lectores no solo pagan por el contenido, sino por consumirlo de una manera más atractiva: “Esto está permitiendo a editores, redactores, locutores y comerciales re-imaginar qué pueden ofrecer y cómo lo pueden ofrecer”.
De todo lo anterior, el autor extrae varias conclusiones:
- Lo viejo es nuevo. El contenido puesto a disposición de forma gratuita se puede vencer de otra manera. Doctor recuerda las palabras de Warren Buffet: “No sé de ningún negocio que se haya sostenido vendiendo lo mismo que se ofrece gratis”. El autor remarca que puede tener razón cuando dice “lo mismo”: “Sin embargo, si el contenido gira y se presenta bien, puede encontrar nuevas audiencias de pago”.
- Todo el mundo quiere los ingresos del lector. Con los precios de la publicidad digital e impresa en declive, el precio que pueda pagar el usuario se vuelve más y más importante. “Puede que para algunas webs esto sea ahora un ingreso menor, pero tendrá su importancia en el futuro”, señala Doctor.
- Hay que proporcionar puntos de parada a los lectores. El autor destaca que la mayoría de los sitios ofrecen una corriente continua de contenidos a los receptores, que agradecen un respiro de vez en cuando. Ese descanso puede venir dado gracias a una publicación especial en una tableta que resuma lo más importante de la web.
- El diseño es fundamental. “Las webs nunca destacaron por su presentación. Quizá sea por la resolución o porque las pantallas son gigantescas o por una mezcla torpe en la fusión de medios nuevos o viejos… Lo cierto es que las publicaciones no encontraban una fórmula agradable, pero las tabletas conectan mejor con los lectores”, finaliza Doctor.
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