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Nace una estrella

Alejandro Santo Domingo
Sergio Manaut | Martes 02 de septiembre de 2014

Murió el industrial colombiano Julio Mario Santo Domingo en su residencia de Nueva York a los 87 años de edad. Con la desaparición del segundo hombre más rico de Colombia, con una fortuna estimada de 8.400 millones de dólares, cifra que lo ubicaba en el puesto 108 del listado de los 500 hombres más ricos del planeta, elaborado por la revista Forbes, y a dos escaños por delante de otro recién fallecido: Steve Jobs, todas las miradas se dirigen ahora a su hijo, Alejandro Santo Domingo. Este joven, de 35 años, se ocupará, entre otros negocios del holding, de las empresas de medios de comunicación que lo integran, como Caracol Televisión, El Espectador, Cromos y Cine Colombia. Playboy, soltero, guapo, millonario y extremadamente inteligente, la región tiene a su nueva estrella.



Alejandro es la tercera generación de una familia que escribió con su apellido la historia empresarial de Colombia. Rico, guapo y amante de la buena vida, virtudes que muchos otros aprovecharon para pasar largas temporadas en Montecarlo, Alejandro utilizó su encanto para involucrarse en los negocios familiares, pero no como un mero gestor. Bajo su batuta, el grupo sufrió una profunda transformación: pasó de grupo industrial a grupo financiero.

La historia dice que Alejandro estudió en la Universidad de Harvard y tras graduarse se formó como banquero en Nueva York, experiencia que le dio a la joven promesa un marcado perfil de banquero de inversión. Harvard le dio la formación académica y su carácter racional, analítico y financiero hizo el resto.

Así, antes de la muerte de su padre, Alejandro ya manejaba un portafolio de inversiones que, solo en cerveza, ronda los 9 mil millones de dólares. La revista http://www.semana.com/nacion/sucesor/165458-3.aspx">Semana recuerda que él mismo participó en la operación de fusión de Bavaria con SABMiller, en 2005. Esta movida le permitió a la familia Santo Domingo hacerse con el 15,1% de la compañía anglosudafricana, convirtiéndose así, siempre según la publicación, en el segundo accionista de la segunda cervecera más grande del mundo.

La industria editorial espera impaciente la estrategia que seguirá con empresas tan emblemáticas como Caracol Televisión, El Espectador, Cromos y Cine Colombia. Incluso si aplicará en el segmento editorial la visión de negocios que impuso en el grupo familiar: adquirir compañías, hacerlas competitivas y venderlas. Difícilmente se deshaga de alguna de sus cabeceras por lo que las especulaciones giran a adquisiciones de compañías en problemas. ¿Intentará cruzar el charco para aprovechar las oportunidades existentes en España, como estarían a punto de hacer otros ilustres hombres de negocios latinoamericanos de la talla de Slim y Cisneros?

Amante como su padre del arte, la música, la literatura y fanático del cine, no sorprendería que pusiese una ficha en el casillero español; como tampoco, según augura gente cercana al grupo, la fortuna familiar se vea incrementada gracias a la habilidad para los negocios de Alejandro, la estrella que acaba de nacer, ahora ya sí de manera oficial.