Management

¿Eliminar el estrés de su vida? ¡Sí es posible! 

José Luis Zunni y Eduardo Rebollada Casado | Martes 02 de septiembre de 2014

Todo el mundo se enfrenta al estrés, de una u otra forma. A veces la persona ni se percata de ello. Pero lo que sí es seguro, es que la manera en que se nos manifiesta a cada uno nos está definiendo un poco (por no decir bastante) nuestra personalidad. Aquello en lo que insistimos al tratar de IE (inteligencia emocional), la famosa frase de Epictetus: “Lo importante no es lo que le suceda a una persona, sino como reacciona”.



Un tremendo generador de estrés negativo es el descontrol en nuestras reacciones. No nos referimos a que una persona esté “pegando” gritos. Sencillamente, cuando en su mente y en su percepción de la realidad, esté enfocando mal la razón de cuáles son sus problemas.

 

El estrés polariza posiciones

El estrés es como esa opinión que se polariza y enfrenta posiciones distintas (en el deporte, política, etc.), ya que por un lado están los que son superados y derrotados (se entregan) porque no pueden vencerlo o se sienten incapaces de hacerlo; en cambio ya son cada vez más los que han aprendido la lección de que usar el estrés como factor motivante les empuja hacia grandes logros (los realicen o no, lo importante es la actitud).

 

Si no se cuenta con las herramientas adecuadas para luchar contra el estrés, es probable que con bastante facilidad una persona se rinda a la primera de cambio. Pero justamente en cuanto se dispone de alguna de ellas (herramientas, métodos, etc.) se observa que en general, se puede hacer una buena gestión del estrés.

 

La visión de cuál es realmente el problema

Primero tenemos que ser capaces de hacer un autodiagnóstico, porque tenemos tendencia natural a echar balones fuera (la culpa es de otros: empleados (si uno es el jefe), compañeros de equipo, mujer, hijos, etc.

 

¿Sabe Ud. una cosa? Que si Ud. es una de esas personas que de entrada está “echando balones fuera” es un candidato claro a padecer estrés de manera constante y tendrá serias dificultades para “erradicarlo” de manera definitiva de su vida.

 

Lo que no hay que hacer: negar el problema

Lo peor que uno puede hacer para enfrentarse a un problema, es negándolo. Da igual que sea uno inherente a una cuestión de negocio, o corresponda a un conflicto interpersonal en el equipo. Porque tanto en materia de estrategia de Business como de ciertos enfrentamientos personales derivados de un conflicto, ambas situaciones pueden corregirse a tiempo y que no pasen a mayores. Claro está, en los negocios y en las relaciones humanas dentro de la organización, los detonantes son claros. Explotan y entonces se actúa. Mejor aún: los líderes efectivos no dejan que eso ocurra, o sea que llegue a un momento en el cual se conviertan en incontrolables.

 

El problema no lo generan los demás

Ahora bien, sigamos entonces con su creencia o autodiagnóstico de que el problema está generado por los demás y no por Ud. mismo. Le atribuye su falta de éxito en lo que está acometiendo, o simplemente un grado de incertidumbre elevado que le invade porque no siente que el equipo le esté acompañando, en su convencimiento de que alguien (o varios) están equivocándose en lo que hacen o no siendo eficaces como debieran (el equipo) y Ud. cree que es “la llave” a la solución de todos los problemas.

 

Este sentimiento tan habitual, especialmente en directivos que tienen responsabilidades y personal a cargo, tiene un doble efecto: cada día se multiplica aún más su dosis de estrés porque le está generando sentimientos y percepciones negativas. Sentimientos, en cuanto a lo que ve sobre los demás; percepciones, porque le está llevando a tener un panorama (como Ud. focaliza) que no se ajusta del todo a la realidad.

 

Es evidente que cuando focalizamos mal, puede haber un error en el diagnóstico al considerar nuestro entorno, las variables externas a las que tenemos que enfrentarnos, etc. Pero el factor interno, nuestra confianza en el equipo y nuestra capacidad de resolución de los problemas a los que diariamente nos enfrentamos, puede también verse mermada y nos influya en la toma de decisiones.

 

Preocuparse de manera proporcionada

Por eso una primera regla que enseñamos a la gente con responsabilidades y a quiénes el estrés les está afectando en el plano personal y en su capacidad para tomar decisiones, es aprender a “equilibrar” aquellos factores que le preocupan (a los que atribuye culpa de su estrés) y considerarlos en su justa proporción, o sea, que debe aprender a restarle importancia a dichos sentimientos, focalizando en lo que realmente importa y ayudándose a Ud. mismo a saber cuáles son sus prioridades, en la implementación de las acciones a tomar, el grado de compromiso que le exigirá a su gente, las responsabilidades compartidas con el equipo, etc., a fin de que este ejercicio de equilibrar las fuerzas que integran diariamente sus pasos (acciones, tomas de decisiones, etc.) se vean de una forma más democrática.

 

Ud. puede ser el líder y máximo responsable, pero cuánto más actúe en solitario asumiendo toda la responsabilidad y no entre en “la variante” de un liderazgo moderno y efectivo, por ejemplo, compartiendo éxitos y fracasos, distribuyendo y delegando tareas y responsabilidades, compartiendo información clave y formando a su gente para saber enfrentar el cambio, no se producirá esa democratización a la que aludimos, lo que le mantendrá seguramente con “el puño” firme y en alto como diciendo “soy el que manda” pero con un nivel de estrés que le pasará factura.

 

“Abrir el juego” poderoso remedio antiestrés

Cuando el líder efectivo “abre el juego” y comparte información, responsabilidad y el éxito en los logros, se produce un nivel de empatía y compromiso transversal y vertical entre todos los miembros, que no da lugar a pensamientos sobre quién me genera el estrés, sino en cómo puedo hacer que mi gente reduzca su nivel de estrés (haciendo un ambiente más agradable, caso del wellbeing) o cómo puedo formarle para que se de cuenta que el estrés que tiene es positivo y que debemos aprender a canalizarlo como un auténtico motivador de todas las acciones que emprendamos.

 

La risa remedio infalible

La prestigiosa revista internacional “Selecciones del Reader’s Digest” ha mantenido (aún mantiene) durante décadas, una sección que se llama “La risa remedio infalible” que recibe los aportes de personas de lo más diversas, que relatan anécdotas risueñas de la vida diaria, que siempre han despertado un interés adicional para los lectores, un rato de esparcimiento, entre lectura y lectura de tanta información útil que este medio brinda mes a mes.

 

Nos parece un homenaje sencillo a Reader’s Digest de nuestra parte, por eso hemos “tomado prestado” el título de esa sección ya que tiene mucha más importancia de la que Ud. puede creer, en la lucha por eliminar el estrés de su vida.

 

Una regla que a muchos parece demasiado “vulgar” (en esencia no lo es teniendo en cuenta los efectos terapéuticos que tiene en las personas), es tratar no solamente de mantener un nivel de relación amable entre todos, sino provocar risa en el sentido de saber darle lugar a las bromas (bien entendidas), comentarios jocosos, eso que se dice de tener una “sonrisa a flor de piel”. No la imagen del rostro duro e insensible como de enojo permanente, como si de ello se fuera a concluir que cuanto más serio el aspecto, mejor las soluciones que se tomen.

 

Pues, justamente es al contrario: cuánto más sonrisa, ambiente de felicidad, rostros distendidos y esa imagen de que una persona a unos cuantos metros de distancia al cruzarnos la mirada esboza una sonrisa y un gesto de complicidad, es parte de la liberación del estrés negativo simplemente con estas acciones tan naturales en el ser humano, pero que un mal uso o peor aún, una mala concepción de lo que deben ser las relaciones laborales y profesionales, ha metido en la cabeza de muchos líderes (menos mal que esto poco a poco está desapareciendo) la creencia de que ambientes silenciosos en donde no vuela una mosca, es la expresión de la seriedad de la organización.

 

Pero la empresa, los espacios comunes, no son una consulta médica en la cual todo el mundo tiene que hablar en voz baja. ¡No! La risa, el intercambio de gestos alegres, una comunicación gestual libre de ataduras, forma parte de un ambiente “limpio” de estrés.

 

Eliminar el estrés de su vida es posible, pero le aseguramos que no depende de nadie más que de Ud. mismo. Empiece hoy a darle un giro a su manera de llevar el día a día, que no tiene “enemigos” a la vista (incluyendo su mujer e hijos) que sean culpables de cómo Ud. se siente. Cambie en enfoque. Proporcione la importancia de las cosas que le afecten y priorice debidamente sus acciones, para lo cual debe tener un claro sentido de la realidad. Tal cual es, no la que Ud. cree que es.

 

Finalmente…deje de mirar con seriedad como si fuera Ud. más importante y riguroso. Una sonrisa es el mejor motivador para las grandes negociaciones. Pueden no hablar ni una palabra de inglés o de chino, pero cada vez que los mandatarios de China y Estados Unidos, o de China y algún estado de la UE se han reunido para firmar acuerdos, observe los gestos en el momento de la firma, el apretón de manos de protocolo y las miradas con una sonrisa que es el mejor sello del éxito conseguido.

 

Y recuerde: la sonrisa y el estrés son incompatibles. ¡De Ud. depende elegir!

 

José Luis Zunni es Director Edición Online ECOFIN. Miembro de la Junta Directiva de Governance2014. Coordinador académico de la Red e Latam. Conferenciante. Ponente de Seminarios de Liderazgo y Management de la EEN y coordinador del FORO DE MANAGEMENT Y NUEVA ECONOMÍA DE LA EEN. Analista de la realidad actual y especialmente en los aspectos económicos, políticos y sociales, Experto en Management y formador de directivos y profesionales en las técnicas de liderazgo.

Eduardo Rebollada Casado es miembro de la Junta Directiva de Governance2014. Autor y conferenciante. Consultor y analista de la realidad social, política y económica. Co-autor con José Luis Zunni de más de 100 artículos de Management y liderazgo.