Medios de Comunicación

"The Economist” no tiene noticias de que “Financial Times” quiera vender su 50%

Así lo asegura su redactor jefe John Micklethwait

Rosa Muñoz | Martes 18 de noviembre de 2014

Desde la salida del expresidente ejecutivo Dame Marjorie Scardino de Pearson, se han intensificado los rumores que apuntan a que el grupo podría estar considerando la venta de su participación en The Economist Group. En una reciente entrevista, Micklethwait señalaba que no hay indicios para pensar que pudiera producirse algún cambio en las relaciones entre ambos grupos. El redactor jefe de “The Economist” también habló sobre su modelo de negocio y la nueva aplicación diaria, “Espresso”, además de desvelar la identidad de una sus más fieles lectoras, Angela Merkel.



Mucho se está hablando últimamente sobre la posibilidad de que el grupo Pearson se esté planteando deshacerse del 50% de las acciones que posee en The Economist Group. Este rumor creciente señalaba que vender esta participación supondría recaudar alrededor de 570 millones de libras.

En una entrevista concedida a “The Guardian”, el redactor jefe de “The Economist”, John Micklethwait, quiso dejar claro que nadie se había dirigido a su grupo para hablar de una posible venta y que no hay indicios para pensar que esto vaya a ocurrir. Algunos analistas de la City consideran, en cambio, que el sucesor de Dame Majorie Scardino como CEO de Pearson, John Fallon, no tiene “ningún compromiso emocional” con los títulos, por lo que no sería descabellado pensar en desprenderse de esta participación.

Micklethwait quiso insistir en que están encantados de tener a “Financial Times” como accionista “y no vemos ninguna razón para que nada cambie”. Define su rivalidad como “amistosa” y, aunque compitan por la publicidad, los lectores o los profesionales, mantienen una relación fluida. Según “The Guardian”, la venta sería muy perjudicial para “Financial Times” ya que su último informe anual refleja que un 40% de sus beneficios procede de su participación en The Economist Group.

Aclarado este punto, Micklethwait también quiso hablar de la expansión digital que está llevando a cabo su grupo. Las ganancias de la compañía han caído un 13% y sus cifras de circulación no son exactamente lo que parecen, ya que incluyen las copias que se reparten de manera gratuita en lugares como aeropuertos. Estos datos, sumados a la caída de la publicidad impresa, han llevado al grupo a convertirse en un editor multiplataforma que base su modelo de negocio en las suscripciones, a semejanza de cadenas de televisión como HBO.

La estrategia está dando sus frutos, ya que los ingresos de circulación han subido un 6% respecto al año anterior y la compañía asegura que si las ganancias se resintieron se debió a que tuvo que llevar a cabo estrategias de marketing para atraer a nuevos suscriptores.

Actualmente, “The Economist” cuenta con una circulación global de 1,55 millones de lectores, de los cuales el 11% paga por alguno de los productos de la edición digital. Las ventas digitales crecen a un ritmo superior al 40% a nivel mundial año tras año y seguirán haciéndolo gracias a productos como el que acaban de lanzar. “Espresso”, una nueva aplicación diaria, alcanzó las 200.000 descargas en su primera semana.

Micklethwait tiene claro que a los lectores hay que presentarles el contenido en el formato que ellos demanden y puso como ejemplo a Angela Merkel. La canciller, asegura, escucha la edición en audio en el coche y si un tema le ha interesado, lee la edición impresa para estudiarlo con mayor detenimiento. Jimmy Carter también le reconoció a Micklethewait que consulta la edición digital en el iPad y hace anotaciones en ciertos artículos para cuando llegue la edición impresa. Lo importante, afirma, es que están consiguiendo que todo el mundo acabe pagando por algún producto.