Prefiero entender un por qué

La percepción del presidente Rajoy

Martes 26 de mayo de 2015

Transcurridas las primeras 24 hrs. del 24 M, interesa analizar cuál es la percepción ciudadana y también la de los analistas políticos, en comparación con la del presidente Rajoy. Que las diferencias son grandes, no es novedad, pero al menos después de soberana derrota, debería haberse planteado, al menos esta vez porque es necesario, una autocrítica profunda y sincera.



En materia de percepción, lo he explicado en varias ocasiones anteriores en materia de liderazgo, siempre frente a una misma situación, dos personas pueden percibirla de manera muy diferente. Hasta aquí todo normal. Es parte de nuestra naturaleza humana, en la cual la percepción juega un papel importante en nuestra parte emocional, al tratar de interpretar cuál es nuestra realidad circundante…nuestro entorno. Pero cuando los datos son contundentes, caso del 24M, no hay demasiado espacio para que las percepciones individuales se distancien, porque la convergencia en lo que percibe cada persona, estará condicionada por la información objetiva, cuantificable y puntual.

Por eso extraña el discurso que ha dado Rajoy ayer tarde, una vez finalizada la reunión de todos los líderes del PP, en el que no parece querer admitir la derrota, lo que le lleva necesariamente a transmitir el mensaje (aunque no sea su voluntad) a la ciudadanía, de que no ha pasado nada, que no hará cambios ni en el gobierno ni en el partido, y que es hora de pensar en pactos políticos estables, en alusión a los dos partidos que son titulares de la llave de gobernabilidad en casi todos los municipios y comunidades autónomas.

¿Cuál es entonces la percepción que tiene la ciudadanía de la percepción que está demostrando tener el presidente Rajoy? No…no es un galimatías. Es tan cierto como la vida misma. Porque la gente…echa en falta esa dosis de humildad y realismo que parece tenerlo obnubilado al Sr. Rajoy, después de reiteradas ocasiones en que su visión de España no es la de la gran mayoría, y ahora sí dicho de manera explícita, a tenor de los resultados electorales.

El ciudadano que está buscando trabajo y no encuentra, desde ya que percibe un país muy diferente. Pero incluso, los que tienen trabajo, tampoco ven lo que el presidente ve y transmite.

¿Qué puede deducirse de estas diferencias en la percepción de la realidad? Cuando analizamos las acciones que los líderes efectivos deben implementar en las organizaciones, en el proceso de diagnóstico de la situación, planificación y finalmente toma de decisión, siempre hemos sostenido que este tipo de liderazgo efectivo, se caracteriza porque la visión que el líder tiene al inicio de un proceso decisorio, finalmente se diferencia muy poco del que será el resultado real y final al que se arribe. O sea, que el líder efectivo tiene una percepción muy próxima a la realidad, característica que es la que justamente lo diferencia de otros directivos y también líderes que no llegan a ese nivel de acierto. La percepción de la realidad, cómo se está comportando el entorno y los cambios que se están suscitando en la sociedad y los mercados, cuanto mejor visión y percepción tenga el líder sobre los respectivos comportamientos de estos factores, mejor podrá ajustar las políticas empresariales que tome.

En el campo político, el mecanismo de funcionamiento es igual. La capacidad de diagnosticar que tenga la clase política, debe ir acompañada por una gran pericia en la implementación de las políticas económicas y sociales para afrontar los diferentes retos a los que se enfrenta la sociedad. La cuestión entonces, pasa por ver si la forma de focalización de los problemas que la clase política tiene, son los mismos que los que aplican los líderes empresariales. Deberían ser los mismos, excepto aquellos que se circunscriben en la preocupación que un gobierno debe tener por la justicias social, la desigualdad y en general, el bien común. Grandes líderes políticos siempre han hecho gala de una gran visión y percepción de la realidad.

Sr. presidente Rajoy: no tengo ninguna duda respecto que Ud. tiene muy claro cuál es la realidad y cómo focalizarla. No debe dar la impresión de que su percepción es diferente a la que en esta ocasión, es la auténtica realidad tozuda que le ha hecho perder 2,5 millones de votos. Pero no es el fin ni del PP ni de Ud. como político. Si bien le critico esta cuestión de su percepción y cómo la transmite, debo admitir que la serenidad que demostró ayer en la rueda de prensa (la procesión va por dentro) es encomiable, pero no creo que sea efectiva. Es como si Ud. se quisiera amparar en lo que quiere transmitir, como que es esa la auténtica percepción real, cuando ya nadie se lo cree. Este es el punto crucial que Ud. debe revisar en su liderazgo, más cuando está claro que será el candidato indiscutible del PP a la elecciones generales de noviembre.