Management

Ni mitos ni liderazgo infalible

José Luis Zunni | Martes 18 de octubre de 2016
Las personas cometen errores y los líderes también. Etimológicamente hablando, la palabra infalible significa que una persona nunca falla. Es evidente que la realidad es la que se termina imponiendo siempre en todos los ámbitos, pero también es cierto que es muy diferente según sean las circunstancias en las que ocurre en cada uno de ellos. Esto no puede excluir tampoco al liderazgo. La clave es la lucha y la voluntad que ponemos en nuestras tareas y responsabilidades que ejercemos cada día. Nuestra actitud frente a la vida.

El liderazgo consiste en hacer las cosas y ayudar a las personas a alcanzar su potencial. Pero en ningún momento la doctrina habla de infalibilidad. Es más, cuando algún autor o experto se ha atrevido a siquiera aproximar algún concepto parecido en referencia al liderazgo efectivo, la crítica es contundente. Porque por más eficaz que se sea a la hora de dirigir personas y organizaciones, el error siempre aparece. La cuestión es cómo se gestiona.



¿Creen Uds. que las organizaciones que se esfuerzan para que las personas alcancen el máximo de su potencial están haciendo un buen trabajo? Esto depende. La cuestión radica en si están utilizando o no métodos que se han quedado un poco anticuados, lo que el liderazgo no perdona, ya que es una disciplina tremendamente dinámica y adaptable a los tiempos que corren. Y una cuestión vital cuando se debate sobre liderazgo, es admitir que habrá circunstancias inevitables en que se muestre la cara débil incluso del líder más efectivo.

Si tomásemos en cuenta las entradas en Yahoo y/o Google en la búsqueda del término liderazgo en todas las variantes que se nos pudieran ocurrir (liderazgo efectivo, multigeneracional, transformacional, personal, etc.), resultará que tendremos un auténtico espectro de liderazgo imposible de abarcar y del cual sólo hay que centrarse en cuestiones muy actuales de la materia que son las que hoy interesan hoy. Este interés debería ser igual para organizaciones, instituciones (especialmente las de enseñanza de postgrado) y los propios líderes que ya están en ejercicio de posiciones de liderazgo o las/los jóvenes promesas profesionales que están desarrollando sus respectivas carreras y que aspiran también a ser líderes.

Al mismo tiempo en el mundo de los negocios, el término liderazgo es uno de los más utilizados y referidos, pero esto no garantiza que realmente sea comprendido en toda su extensión.

De ahí que como en otros campos del conocimiento, surjan ciertos mitos que en definitiva lo único que hacen es agregar más confusionismo, porque no dejan de ser apreciaciones que distan, a veces muchas otras menos, de la realidad. Por desgracia, estos mitos impiden con más frecuencia de la que nos gustaría, que las personas calificadas puedan llegar a la cima.

Algunos tópicos sobre liderazgo:

1º) El liderazgo es una condición innata

Eso de que ciertos dones han sido recibidos sólo por algunas personas privilegiadas por la naturaleza, es algo que aún hoy forma parte de uno los tópicos más comunes. Nada más alejado de la realidad.

Ya hemos sostenido en ocasiones anteriores, que cualquier persona que tenga la formación adecuada y se capacite en perfeccionar ciertas habilidades directivas, reunirá las mismas condiciones que aquellas personas que ya son refutadas como líderes. La cuestión subyace en que cuando se tiene el potencial, el problema es que a pesar de contar con dichas habilidades, se necesita tiempo, entrenamiento y no dejar nunca de formarse. Pero esto siempre ha llevado a considerar –equivocadamente- que dominando ciertas técnicas se puede liderar. No es así.

Una de las claves es que la persona que ya está mostrando signos claros de que es un líder en potencia (su bagaje de experiencia y conocimientos), le hace mostrar su predisposición y capacidad de ponerse en el lugar de los demás. Sensibilidad y flexibilidad. Empatía y comprensión. Obviamente estos atributos corresponden al ámbito de las competencias emocionales. Y en esto hay que formarse y entrenarse, independientemente de ciertas características de la personalidad que le hagan más fácil la relación con el resto de personas.

2º) Todo líder se caracteriza por ser carismático.

Esta afirmación, por contario de lo que puede pensarse, corresponde a una minoría de personas que han llegado a ocupar posiciones de liderazgo. En la medida que un líder esté trabajando sin perder de vista cuál es el propósito de su misión, entonces, dirigiendo sus acciones hacia una meta, le convierta en carismático. El carisma como su empatía y capacidad de relaciones sociales, son atributos de la personalidad, que pueden perfeccionarse.

Las personas carismáticas tienen una facilidad asombrosa para tratar con las personas, caer simpáticos, ser escuchados, al mismo tiempo que generan un seguimiento que les permite llevar a cabo cualquier iniciativa.

El carisma hace que los demás no duden en seguir al líder, porque se interesan por sus puntos de vista, visión y un gran porcentaje de seguidores si bien no pueden creer en la infalibilidad al 100%, si están seguros que su líder es una garantía para que las cosas se hagan bien.

El carisma es una virtud que sin duda facilita que se abran las puertas y que la palabra y opinión del líder sea considerada.

El magnetismo personal y contar con una atracción especial es sin duda un don con el que algunas personas adornan su personalidad desde que tienen uso de razón. Pero la capacidad innata no puede ser menos, de hecho no es bueno, que la adquirida. El desarrollo de la personalidad se produce a lo largo de toda la vida, a diferencia del carácter que es innato. Pero las acciones que van realizando desde su posición de líderes son las que finalmente cuentan a la hora de que sí se crea que es un ser carismático.

3º) Liderar es ejercer el control

Cuando se hace este tipo de afirmaciones, lo primero en lo que uno piensa, es que como se está en posición de mando dirigiendo un equipo humano, sólo el hecho de tener la jerarquía formal otorga la posición de líder. Craso error.

Al líder efectivo no se le pueden atribuir ciertos abusos, como pueda ser manipular a las personas, ejercer cierto tipo de coerción para conseguir determinados fines, ejercer ciertos favoritismos en beneficio de unos pocos, etc. La única manera de que su liderazgo sea verdadero, es que las personas le sigan porque creen en él, es confiable, merece confianza en función de las decisiones que viene tomando, etc.

Siempre hemos leído una y otra vez de parte de diferentes expertos en la materia que “un líder es alguien que se le sigue a un lugar al que no se iría por uno mismo." Y la forma de ganarse adeptos en una organización o en un proyecto determinado, es cuando las personas respetan su forma de actuar, la palabra empeñada y hace que las personas trabajen en el cumplimiento de los objetivos fijados por la empresa para que pueda alcanzarse la meta.

Además, es imprescindible en el liderazgo efectivo que las personas tanto a nivel individual como de equipo, estén consubstanciados al mismo tiempo que comprometidos con la visión y la meta que tiene el líder. Es natural, que una de las tareas más arduas pero más importantes en el liderazgo efectivo, sea la formación en liderazgo pero muy especialmente en cuanto a la visión y retos que tiene la organización, de todos los que ya apuntan como futuros líderes. Entonces, como hay puntos en común, la derivada natural es seguir al líder, que es lo contrario de manipular personas o aplicar medidas coercitivas creyendo que de esta forma se ejerce el liderazgo.

4º) Los hombres son mejores líderes.

La evidencia empírica demuestra que el género no determina la capacidad de liderazgo. De hecho, las mujeres tienden a ser mejores en lo que demuestra preocupación por los demás, lo cual es un rasgo importante para ser un líder eficaz.

Mary Teresa Barra es la CEO y presidenta del consejo de “General Motors Company”, es la primera mujer que ocupa un cargo de esta responsabilidad en la industria automotriz. Está transformando la cultura de la empresa a través de su propio ejemplo de honestidad y rendición de cuentas, caso concreto de decisión que tomó en su primer año en el cargo de verse obligada a revisar y corregir 84 medidas de seguridad por reclamos que implicaron más de 30 millones de automóviles.

5º) Los líderes efectivos gestionan bien sus emociones

Los grandes líderes siempre se han conectado al resto de personas, dentro de sus organizaciones y fuera de ellas, en un nivel humano que requiere el uso de emociones como la empatía, la compasión y la felicidad.

Pero las emociones son tan diversas como diverso es el día a día en las organizaciones. Tareas que se realizan y conviven en paralelo a problemas operativos que surgen y conflictos que hay que gestionar. Pero en todos los aspectos que podemos analizar, de las miles de acciones humanas que ocurren en cada organización, se trata en definitiva de situaciones en la que varias personas realizan tareas, intercambian diálogos referidos a las cuestiones operativas y de relación con clientes, lo que dibuja un escenario de comunicación constante entre personas y terceros.

Este es un escenario habitual en las empresas, en dónde hay situaciones ordinarias que se resuelven o personales que afloran y también hay que resolver. En todo caso, el líder es imposible que pueda controlar y gestionar todas las emociones colectivas. Bastante tiene con gestionar sus competencias emocionales adecuadamente. Pero su capacidad en el campo emocional y haberse curtido para ello durante años, le facilita afrontar todas las situaciones personales que se van presentando de manera regular, con calma y buscando siempre lo mejor en defensa, simultáneamente, de los intereses organizacionales y de las personas.

Muchas veces se nos dice que los problemas personales hay que dejarlos en la puerta de entrada de la oficina, pero esta no es una posición realista, ya que esa persona que está acarreando el peso de un problema terminará afectando su trabajo y especialmente la relación con los demás compañeros.

Es por ello, que el líder efectivo que gestiona razonablemente sus emociones, es el que tiene la capacidad para ayudar a gestionar a los demás las suyas propias. Así de sencillo. En aras del mejor entendimiento de personas y equipos. De ahí a decir que tiene el control total hay un trecho. Con lo que sí cuenta es con la experiencia y habilidad para aplicar en todos los casos en los que debe ayudar a su personal, las mismas recetas que se está aplicando a sí mismo, lo que le permite lograr una respuesta satisfactoria como media de sus intervenciones para ayudar a las personas que lo requieran o las que él considere que necesitan una charla. Una conversación a tiempo es el mejor antídoto contra las posibles desavenencias que pueden derivar en un conflicto mayor.

6º) Las personas siempre dicen la verdad de lo que está ocurriendo

Tal vez lo hacen. Sin embargo, dada la naturaleza del poder y la autoridad, es ingenuo creer que las personas de base, mandos intermedios, jefes de equipos, etc., puedan animarse a revelar y transmitir la verdad fácilmente, de manera coherente y sin prejuicios. Y como esto el líder efectivo lo sabe, ¡qué es lo que hace al respecto! Les ayuda mediante la búsqueda activa de un tipo de comunicación que de la tranquilidad y confianza a sus subordinados, que no van a ser castigados por decir algo inconveniente.

No sólo el líder debe animar a los demás para que le informen sobre cuestiones que no están funcionando como debiera o errores que se han cometido. Lo importante es hacerles comprender la importancia que de ello se deriva, especialmente si se sabe algo a tiempo y no se esconde, se pueden evitar costes innecesarios porque las actitudes que hagan diferir por miedo las malas noticias, cuestan dinero a la empresa.

7º) Los líderes no tienen miedo

Cuando alguien dice que no tiene miedo en su posición de liderazgo, no puede menos que responderse que al menos no está diciendo toda la verdad. El miedo no sólo es algo que va en la naturaleza humana, sino que también es necesario como reacción frente a la adversidad y no menos importante, prepararnos para asumir el cambio que se nos viene encima.

El secreto de los líderes experimentados es evitar que el miedo invada la organización y contamine a su gente. No es que él no lo tenga, lo que sucede, es que se esfuerza en identificarlo de manera de poder tomar decisiones respecto a cómo enfrentarse a lo que está causando ese temor.

¿Qué es lo que va a hacer? ¿Eludir el miedo y la explicación a las personas y equipos? O por el contrario, reaccionar como es debido instando al personal y formándolo en la manera que deben dar respuesta al desafío.

De forma tal que tenemos dos respuestas posibles: elusión y reacción. Pero hay una tercera y que consideramos la más importante: influenciar.

La capacidad de organizaciones líderes que han tenido que reaccionar en el mercado frente a los desafíos tecnológicos de sus competidores, justamente en los casos en que han salido victoriosas no es cuando se instalaban en la elución o la reacción frente al reto, sino cuando la respuesta era una mayor capacidad de influencia tecnológica para seguir en condiciones de competitividad normal en el mercado.

José Luis Zunni es el director de la edición online de ECOFIN. Miembro de la Junta Directiva de Governance2014. Coordinador académico de la Red e Latam del grupo media-tics.com. Ponente de seminarios de Management y liderazgo de la EEN (Escuela Europea de Negocios) y coordinador del Foro de Management y Nueva Economía de la EEN. Analista de la realidad actual, especialmente en los aspectos económicos, políticos y sociales. Experto en Management y formador de directivos y profesionales en las técnicas de liderazgo.

Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuelas de Negocio) y miembro del Jurado de ECOFIN.