Medios de Comunicación

Reinventando el periodismo en la era Trump

'We the people' de Shepard Fairey (Foto: @BKStreetArt).

La industria necesita saber cuál es su papel en esta época de incertidumbre

Miriam Garcimartin | Sábado 04 de febrero de 2017

El mundo parece que va a la deriva tras las primeras decisiones del nuevo presidente de EEUU. Los medios de comunicación ya llevan en esa dinámica varios años. Pero en estos momentos las organizaciones periodísticas son más necesarias que nunca. Es hora de definir nuestro papel en la sociedad para salvaguardar una democracia en horas bajas.



La Universidad de Harvard acogió un debate sobre la oportunidad que tienen los medios de comunicación de reinventarse en la era Trump. Editores y periodistas son conscientes de los retos que tienen por delante y quieren volver a erigirse en los garantes de los valores democráticos.

Pero, ¿qué están haciendo ya los medios de comunicación? Katie Kingsbury, jefa de edición digital de ‘The Boston Globe’, explicó durante su conferencia cómo su periódico decidió dar un paso al frente y publicar una portada en la que quedaba clara su opinión ante un nuevo tiroteo en el país. El ataque a una discoteca de Orlando en junio de 2016 provocó el lanzamiento del proyecto ‘Make It Stop’, que llamaba a la acción a los lectores y ponía nombre a los asesinados con armas de fuego desde que expiró la prohibición de su uso en 2004. Al hilo de esta campaña, una senadora cambió su voto en una importante medida para controlar las armas. Fue una pequeña victoria conseguida tras dejar atrás algunos preceptos básicos del periodismo. Aunque muchos profesionales no entendieron esta postura, para Kingsbury se trataba de asumir una responsabilidad: la de ser la voz de los sin voz y contar verdades esenciales.

En otra charla en Harvard, los ponentes pusieron el foco de atención en los ciudadanos. Gerard Baker, redactor jefe de ‘The Wall Street Journal’, asegura que hay muchos profesionales que llevan a cabo un periodismo de calidad y tiene que ser apoyado con suscripciones. En esta línea, David Leonhardt, columnista de opinión de ‘The New York Times’, habla del compromiso como palabra clave: pagar por los contenidos que se consideren mejores.

Por su parte, Lidia Polgreen, redactora jefe de ‘The Huffington Post’, abogó por una mayor participación cívica de los lectores. “Creo que todos tenemos que despertar y darnos cuenta de que este es nuestro país, y es nuestra responsabilidad salir y llevar a cabo acciones que forjen lazos entre la gente”. El periodista de la CNN Brian Stelter comentó que después de que Donald Trump declarara la guerra a la prensa, los espectadores inundaron su email con mensajes de apoyo, algo que indica que hay “un público hambriento, incluso muerto de hambre de periodismo en estos momentos”. Así lo demuestran también los enormes aumentos del tráfico web y las suscripciones a los medios más importantes. “Cada día es un día mejor para acceder a la información”, asegura Stelter, razón suficiente para que “los periodistas jóvenes sean optimistas”. En lugar de tener miedo a las amenazas de Trump, lo que deben hacer es aprovechar esta oportunidad.

Periodismo local

El periodismo local tiene mucho que decir en esta nueva era mediática. Los periódicos estadounidenses con menos de 50.000 ejemplares de circulación son 6.851 (de un total de 7.071). ‘Nieman Journalism Lab’ ha realizado un estudio sobre organizaciones locales en el mundo digital que invita al optimismo. Centrarse en una comunidad permite tener claro el nicho de mercado y en muchos casos se trata de la única plataforma de información con la que cuentan esos ciudadanos. El sentimiento de pertenecer a una misma comunidad se puede fomentar reuniendo a esas personas en un mismo lugar figurado y literal (eventos). Implicarse en temas que afectan a todos, exigiendo cambios desde sus páginas y otros foros, sirve para reafirmar su valor único en la comunidad que se traducirá en oportunidades de monetización. Los lectores prefieren que su medio de referencia tenga un rol más cercano al del ‘buen vecino’ que al del ‘perro guardián’, pero en ningún caso eso significa abandonar la perspectiva crítica.

En una época en la que resulta difícil confiar en algunos de nuestros representantes políticos, los ciudadanos necesitan aferrarse a otras instituciones que les nutran de certezas. El compromiso de los lectores es la tabla de salvación de los medios…y por el camino puede llevar a salvar la democracia.