MÓVILES

La vuelta del Nokia 3310 escenifica la parálisis de la industria del móvil

En los últimos años no se han visto grandes avances

Miguel Ángel Ossorio Vega | Lunes 20 de febrero de 2017
Diez años después del nacimiento del iPhone, lo más novedoso que pueden ofrecer los fabricantes es un móvil del año 2000. ¿Qué está pasando y qué pasará?

A pocos días para el comienzo de la mayor feria sobre telefonía móvil del planeta, el Mobile World Congress de Barcelona, la novedad más esperada ya ha sido anunciada: el regreso al mercado del Nokia 3310, un ladrillo que triunfó en el año 2000 porque era prácticamente irrompible y, por supuesto, permitía jugar a la serpiente. Era la época dorada de la compañía finlandesa que revolucionó la industria de los móviles. Siete años después llegó el verdadero punto de inflexión de la mano de un agente externo al negocio: Steve Jobs presentaba el iPhone. Ahí murió Nokia y nació el smartphone. Pero de ahí no pasó.

Durante esta década no ha habido mayores avances. Puede que más batería, mejores cámaras, diseños más trabajados y una oscilación en el tamaño (primero más pequeños, después más grandes). Cambios menores, casi anecdóticos, que no han modificado la esencia del smarpthone, que en realidad es mucho más que un móvil. Sólo la obsolescencia programada ha ayudado a seguir vendiendo aparatos, pero ahora, diez años después, la industria ha tocado techo: ya no hay sitio para más móviles, a pesar de que siguen llegando nuevas empresas para hacerse con su parte de un pastel que ya no es tan dulce como antes.

Conscientes de que la vía del hardware ya no impresiona (y es incapaz de saciar el veloz apetito de la industria), los fabricantes se están enfocando en el software, el cerebro y el corazón de los smartphones. Por un lado, algunos vaticinan que el futuro está en la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada. Pero para saberlo es necesario romper el círculo vicioso en el que están estas industrias: los fabricantes no están dispuestos a jugarse su dinero si no hay contenidos suficientes para alimentar sus aparatos; en paralelo, los creadores de contenido no van a perder el tiempo si la industria de los dispositivos no es lo suficientemente potente como para atraer a los usuarios.

Un futuro factible que no requiere a actores de distintas áreas involucrados es el de los asistentes personales: en este caso, es posible que cada fabricante se ocupe de desarrollar el suyo. En todo caso, siempre nos quedará Android, por lo que muchos fabricantes sólo tendrán que ocuparse de seguir diseñando móviles, ya que Google hará el resto por ellos.

Si la industria del smartphone logra asistentes virtuales por voz verdaderamente útiles, inteligentes y sorprendentes para los usuarios, las ventas de móviles podrían repuntar al menos a corto plazo, dado que muchas personas decidirían cambiar de teléfono para subir de nivel. En este segmento, sin embargo, es Amazon quien lleva la voz cantante: Alexa es, hasta ahora, el asistente de voz con más capacidad del mercado. Y ni siquiera está en los móviles. A ver quién salva (o sustituye) a la industria del móvil.

TEMAS RELACIONADOS: