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Cupones 1.0

Roberto Pastrana | Martes 02 de septiembre de 2014

Groupon está en el ojo del huracán. La compañía norteamericana de cupones descuento anunció a principios de junio su intención de salir a Bolsa para captar 750 millones de dólares, al rebufo del éxito que obtenido por LinkedIn en su estreno en el parqué. Desde que se conocieron los planes, la compañía ha recibido una sonada descarga de críticas en los medios económicos, por considerar que la viabilidad del proyecto es dudosa. No en vano, los costes operativos están subiendo por encima de las ventas. El hecho de que los fundadores quieran reembolsarse parte de los recaudado en su estreno bursátil tampoco ayuda mucho a disipar las sospechas y los comentarios sobre una hipotética nueva burbuja.

El análisis económico de la operación no viene al caso en un blog centrado en la web 2.0. Pero es que en este aspecto la oferta de Groupon tampoco convence. La estrategia de la compañía de Chicago no se basa en un modelo social. Es cierto que los clientes pueden compartir el hallazgo de una oferta atractiva con sus contactos de Twitter y Facebook, pero en muchos casos dicha posibilidad nunca llega a ejercitarse. La propia empresa tampoco hace nada por impulsar el modelo, ya que su mastodóntica plantilla de comerciales está volcada en captar ofertas, que luego llegan al correo electrónico de los usuarios a través de un boletín diario de novedades.

Consciente de que su planteamiento de negocio es poco ágil en un entorno cada vez más móvil, los cabezas pensantes de Groupon están alentando un acercamiento a FourSquare. El objetivo es potenciar un servicio de “descuentos sobre la marcha” como el puesto en marcha recientemente y de forma experimental desde la plataforma Loopt.

La posibilidad de enviar al móvil de un usuario ofertas cercanas a su posición es una iniciativa interesante para los negocios locales. FourSquare también podría salir muy beneficiada de la posibilidad de captación de los comerciales de Groupon. Obviamente la propia Groupon saldría ganando gracias a un nuevo servicio que renovaría su imagen en unos tiempos en los que no eres nadie si no amplías/alteras/cambias la apariencia de tus servicios cada mes. ¿Pero esta alianza modificará en algo la dudosa fórmula de negocio de la empresa de Chicago? ¿No reforzará este paso la atención al consumidor circunstancial, que se topa accidentalmente con ofertas que le salen al paso?

Groupon parece encajonado en un modelo unidireccional en el que se proponen ofertas que los usuarios pueden (o no) compartir con sus amistades, pero en donde no hay posibilidad de que estos comenten sus experiencias a posteriori (quizá porque tampoco convenga, dados la exigua calidad de los servicios “de segunda” de las ofertas demasiado incisivas).

Con todo no deja de ser curioso que los gigantes de Internet, con Google Ofertas y Facebook Deals a la cabeza, estén interesándose por plantar su pica en el terreno de los cupones, aunque su modelo siga despertando recelos entre los apasionados la web social. ¿Verán algo que los demás no vemos?

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