Economía eLatam

Despoblación, Tecnología y Personas

Antonio Alonso | Martes 03 de septiembre de 2019

El pasado miércoles, 31 de Julio, participé en el I Congreso Europeo de Repoblación Rural (StartupVillage 2019) celebrado en Villahoz, Burgos. Y ahora que lo tengo todavía fresco quiero poner blanco sobre negro mi experiencia, sensaciones y conclusiones de un congreso que podemos calificar, sin ningún paliativo, de todo un éxito dado el número de asistentes (más de 400 personas), el nivel de los ponentes, la presencia institucional: Ministerios, Comunidades autónomas, Diputaciones Provinciales y sobre todo Ayuntamientos. A todo ello tenemos que sumar el ambiente que se respiró durante toda la jornada, es una de esas experiencias que te cargan las pilas, tanto a nivel intelectual como emocional.



Vaya por delante mi felicitación a los organizadores, Territorio Emprendimiento – (Francisco Martín Jiménez y Gonzalo Rodríguez-Carmona) y a las personas y entidades que apoyaron el evento, en especial a la Unión Europea (Isidro Laso) y al Ayuntamiento de Villahoz (Francisco Palacios); nada de lo que sucedió allí habría sido posible sin la dedicación y esfuerzo de muchas otras personas lideradas, magistralmente, por ellos. Como ya comenté con algunos de los asistentes al congreso, estaba todo desorganizadamente organizado, y es que resulta muy difícil encajar, en una población de 150 habitantes, a las más de 400 personas que asistimos al evento, y más cuando la previsión inicial era de entre 125 y 150 personas. Estuvo todo perfectamente gestionado, utilizando lo que yo denomino la metodología de gestión del siglo XXI, SLM (sobre la marcha). Y es que, para afrontar y solucionar situaciones sobrevenidas, nada como la experiencia de quienes ya se han enfrentado previamente a ellas. Curiosamente, para la gestión SLM se necesita más formación, conocimientos y experiencia que para cualquier otra metodología, pero, sobre todo, se necesitan ganas, dedicación y entrega, y de eso hubo en abundancia.

Durante la jornada se habló de conectividad, de tecnología, de innovación y de emprendimiento (startups) o, más bien, de la falta de todo ello en los entornos rurales. La realidad es que, para conseguir repoblar la España Vaciada, lo que se necesita es empleo y servicios; empleo que puede venir de la implantación de nuevas startups y servicios que necesariamente tienen que ser prestados de forma distinta a aquella en la que se prestan actualmente (telemedicina, teleeducación, teleadministración…); para todo ello es necesario formar a los profesionales que prestarían esos servicios, amén de dotarles de los sistemas e infraestructuras necesarios. Resueltos estos temas, el atractivo y los costes de vivir en los entornos rurales harían el resto. Ni siquiera creo que sea necesario aplicar reducciones o bonificaciones en el IRPF, aunque no seré yo quien se oponga a ninguna rebaja fiscal, siempre que se garanticen los servicios.

Los que me conocen saben que siempre he apostado por el uso de la tecnología en cualquiera de los ámbitos de la administración o de la empresa. Y si queremos garantizar nuestro estado del bienestar, tenemos que prestar más y mejores servicios con menores costes. La tecnología no debe sustituir a la interacción entre las personas, sino que debe descargarnos de tareas administrativas y repetitivas para que los humanos hagamos lo que sólo nosotros podemos hacer.

En mi ponencia, mencioné el éxito que supuso para las Highlands e Islas de Escocia, una zona altamente despoblada, que desde el año 1965 los habitantes de esa área de Escocia pudiesen contar con la empresa Highlands and Islands Enterprise para el desarrollo de iniciativas encaminadas a repoblar esa zona a través de mejorar la vida de sus lugareños. Tres factores parecen, desde mi punto de vista, cruciales para el éxito de esta iniciativa, a saber: Planificación y objetivos a largo plazo, compromiso duradero de recursos públicos y una gestión empresarial de la iniciativa, lo que aporta la agilidad necesaria. Creo absolutamente imprescindible que, desde las comunidades autónomas, se realice el necesario benchmarking de esta iniciativa para trasponerla a la realidad y demandas de nuestro entorno, y es especialmente urgente en una comunidad como Castilla y León y dentro de esta comunidad en concreto, en las provincias de León, Zamora y Salamanca.

Es el Oeste español, una de las zonas que sufre en mayor medida el problema de la despoblación, entre otras razones por la carencia o el retraso de las necesarias infraestructuras a lo que se suma la distancia a los centros económicos de nuestro país. Y aunque abogo por una solución pegada al territorio, ya que las necesidades de cada área y por tanto sus soluciones son distintas, si creo necesaria una adecuada coordinación entre las tres comunidades situadas en el noroeste español, y afectadas por el mismo problema (Asturias, Castilla y León y Galicia).

Con todo y con eso, las medidas que se puedan adoptar en estos ámbitos de actuación, a lo más que llegarán es a frenar parcialmente la migración de los pueblos a las ciudades, y de éstas a los grandes centros económicos. El gran problema de la despoblación tiene como base la baja tasa de natalidad con la que cuenta nuestro país y que no es sólo una consecuencia de los bajos salarios o la falta de seguridad laboral, sino que es una asunción sociológica de la población actual.

Para corregir este problema se tiene que realizar un cambio sociológico bien reflexionado y planificado. El sistema de ayudas a las familias con el que cuenta nuestro país parece no ser suficiente y puede que no sea el más adecuado.

Recientemente se aprobó (Enero de 2016) que las mujeres trabajadoras con hijos reciban un incremento en la pensión de jubilación en función del número de hijos que hayan tenido. Creo que los porcentajes de incremento son insuficientes, deberían ser mayores y, además, hacerse extensivos a los padres. De la misma forma, los progenitores con hijos, deberían contar con un incremento en el cómputo de los años cotizados en función, igualmente, del número de hijos, para que de esta forma las reducciones de jornada o las bajas voluntarias durante un periodo de tiempo tasado (ie: un máximo de dos años por hijo) no perjudicasen su pensión futura.

Con todo ello podremos enfrentarnos al problema de la despoblación; ninguna de las medidas que se puedan adoptar tiene efecto inmediato por lo que se hace necesario un pacto de estado y una planificación a medio y largo plazo.

Mientras tanto, hagamos que nuestros pueblos cuenten con infraestructuras; hoy, fundamental y principalmente, banda ancha y servicios soportados sobre esas infraestructuras. En lo que respecta al sector que represento, ya es posible cursar una carrera universitaria o un máster desde cualquier rincón de España que cuente con un mínimo de ancho de banda. Ya tenemos un buen punto de partida.

Antonio Alonso, presidente de la AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y secretario general de EUPHE (European Union of Private Higher Education).