PERIODISMO

El oscuro papel del comercio de armas

Claves de la guerra Rusia-Ucrania (III)

Las acciones y la facturación de los grandes consorcios se está disparando.

Miguel Ormaetxea | Martes 22 de marzo de 2022

Le deberían dar comisión a Putin en criptomonedas situadas a buen recaudo de las sanciones occidentales. Es curioso que este tema salga nada o muy poco en los grandes medios de comunicación, que nos tienen inundados con información, fotos y videos de la guerra de Ucrania. El comercio de armas es el tercer mayor negocio del mundo, tras las drogas y la prostitución, solo que mucho más letal. Los grandes consorcios que fabrican armas mantienen potentes lobbies muy activos, muy influyentes en los gobiernos. Tal vez por eso salen poco en la foto. Veamos unas pinceladas de luz.



Nos tienen abrumados, indignados y saturados con la información de la guerra Rusia-Ucrania, pero casi todo pivota sobre lo mismo: muerte y destrucción, devastación y crueldad, las sensaciones que llenen los telediarios y los diarios de masas, susceptible de atraer las audiencias, la publicidad, el dinero. Padecemos una infodemia, una inundación de información tendenciosa, directamente falsa, de baja calidad, repetitiva, en lo que es cada vez más difícil encontrar agua potable. Muy pocas veces nos dejan ver algo del huevo de la serpiente. Por ejemplo, el papel del comercio de armas, sus empresas, sus accionistas, sus poderosos lobbies, el rio de dinero que llena a rebosar unos cuantos bolsillos con el rio de sangre ajena.

¿Saben ustedes quienes son los principales accionistas, los dueños, de las mayores empresas de armamento del mundo? Primera multinacional de armamento del mundo: Lockheed Martin, facturación en 2021, 67.000 millones de dólares, beneficios, 7.500 millones, Valor en bolsa, 122.000 millones (+31%). Accionistas, los fondos de inversión Vanguard, BlackRock, State Street. Segunda empresa mundial, Raytheon Technologies, facturación, 64.000 millones. Dueños: Vanguard, BlackRock, ¿les suena? Tercera empresa: Boeing, que también fabrica aviones comerciales, 62.000 millones. Cuarta empresa, Northrop Grumman, 37.000 millones, accionistas, State Street, Vanguard. Quinta, General Dynamics, 38.000 millones, accionistas, Vanguard otra vez y Longview. Todas esas multinacionales son americanas. Entre las grandes también hay una del Reino Unido, BAE Systems. Luego hay muchas pequeñas, que suelen ser las más lucrativas, que se forran si hay guerras, porque no hay tiempo para el control y las pequeñas se mueven más libres. Los servicios operacionales, alimentos, almacenes, guardaespaldas, son una mina, todas ellas muy opacas, como Halliburton.

Muchas de estas empresas hacen grandes donaciones a los dos grandes partidos de EEUU y contratan los servicios de los 700 lobistas que se mueven en el gran país.

Todo esto antes del estallido de la guerra Rusia-Ucrania, que está dando un giro copernicano a los gastos de defensa en el mundo, que estaban estancados desde la década pasada. Alemania anuncia un nuevo gasto militar especial de 100.000 millones de euros. Australia compra submarinos nucleares a EEUU por valor de 170.000 millones de dólares. EEUU va a modernizar su arsenal nuclear que supondrá un gasto de 634.000 millones de dólares. Su gasto en defensa es el primero del mundo con mucho, 778.000 millones, el 39% del total global en armas en el mundo. Junto con la OTAN, llega al 56%. Todo esto sale del bolsillo del contribuyente, usted y yo, que estamos aterrorizados por las imágenes del horror de la guerra en curso.

El negocio de las armas, de unos dos billones de dólares en 2020 (más que el PIB de España), es el más rentable tras las drogas y la prostitución. Como en todos los negocios, si la demanda se estanca, se fabrica nueva demanda.

La sangre de las guerras no es solo roja, es sobre todo del color del dinero y el poder.