PERIODISMO

No pudieron

Responsabilidad de los medios de comunicación y los periodistas en un fracaso lamentable

Miguel Ormaetxea | Martes 17 de mayo de 2022

En la Puerta del Sol hay una placa conmemorativa del 15M en la que se lee: "Dormíamos, despertamos". Sí, despertamos, para comprobar unos años más tarde que aquel movimiento de esperanza y cambio no ha cambiado nada sensible. El partido político Podemos, heredero de aquel movimiento, está naufragando en una serie de fragmentaciones y enfrentamientos cainitas, como podemos comprobar en la campaña electoral de Andalucía. Dejando al margen la ideología, teóricamente a la izquierda del PSOE, era un movimiento cívico con una base muy sólida en el desencanto y la irritación de mucha gente, principalmente jóvenes sin esperanza, sin futuro. Fue secundado por muchos intelectuales de diverso origen. Es, tal vez, el momento de hacer una reflexión sobre este fracaso. Y los medios de comunicación y los periodistas a su servicio, con demasiada frecuencia hostiles al movimiento, tenemos sin duda un parte de responsabilidad en esta penosa situación.



No solo los medios afines a la derecha, que son muchos, sino también medios de diversa orientación, han vapuleado sistemáticamente, han manipulado y tergiversado, sobre este movimiento y partido. La excesiva exposición mediática de su máximo dirigente durante mucho tiempo, Pablo Iglesias, ha sido un error propiciado por él mismo.

Detesto el periodismo de trinchera, lo medios que se posicionan en contra de algo, machacando sin cesar con informaciones sesgadas, descontextualizadas, editoriales en primera página en vez de noticias, forzando a sus profesionales a adoptar los mismos prismas, en contra de los principios más sacrosantos del buen periodismo. Creen que van a salir de su pavorosa quiebra económica por esa vía y se encuentran cada día más hundidos en ella. A menudo son los gerentes y directivos empresariales los máximos responsables de esta penosa situación, los mismos que solo han sabido aplicar Eres y echar plantilla, mientras seguían en sus sillones de confort.

Está claro que los dirigentes de Podemos no han sabido administrar el legado de sana reflexión y reivindicación pacífica del 15M. Se hizo en buena medida para rescatar a los jóvenes de su postración y marginación, de su desesperanza. Una década más tarde, los jóvenes son más pobres, tenemos una tasa de paro entre menores de 25 años del 37,7%, más del doble que la media de la eurozona. Esa generación afrontó la recesión de la crisis financiera y el duro confinamiento de la pandemia. Ahora tienen que afrontar la inflación, el precio de la vivienda disparado, los empleos temporales, los fasos autónomos con ingresos de subsistencia, el coste del envejecimiento y las serias dudas sobre sus pensiones futuras. ¿Qué hemos hecho con nuestros hijos? Tengo dos hijos mayores que no se plantean ser padres. No se lo reprocho. Hay que advertir que cuando se mata la ilusión, lo siguiente puede ser la ira y la rabia.

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