La “fábrica de sueños” y el llamado Séptimo Arte, se enfrenta a su revolución más disruptiva. Están empezando a emplear las nuevas tecnologías en formas que van a cambiar no solo la manera de crear contenidos sino también la percepción de la realidad por parte de los espectadores. Impactarán no solo en la industria cinematográfica sino también en el entretenimiento en general. Los medios de comunicación deberán participar en este nuevo mundo.
La célebre Pixar usó la Inteligencia Artificial en su nueva película “Elemental”. La protagonista tiene el fuego como elemento característico. Se usó trasferencia de estilo neural, que combina IA y movimiento de pixeles 3D.
La película inmersiva de vanguardia “Over the Rainbow” intenta crear una experiencia abierta al público, en la que los espectadores pueden verse a sí mismos en el arte, sentir que están “implicados” en él y cocrear su experiencia. “Es como mirar una obra de arte o una pintura abstracta”, dice el director Craig Quintero a Wunderman Thompson. Los personajes rompen la cuarta pared para hacer contacto visual directo. La Realidad Virtual y la Realidad Aumentada abren un nuevo campo de creación. Como en “Pixel Ripped 1978” ambientada en los años 70, la época dorada de los videojuegos. En “Maya-The Birth” la directora Paulomi Basu explica que es “una investigación a largo plazo sobre la violencia contra las mujeres”.
La Realidad Virtual y la Realidad Aumentada tienen el poder de colapsar la división del tiempo y el espacio, forjando una conexión emocional con su audiencia, según explican los expertos de Wunderman Thompson.
Esta revolución está aún en sus comienzos y el proceso será gradual hasta 2030, fecha en la que habrán desaparecido unos 33.000 puestos de trabajo en la industria publicitaria estadounidense, según estima un estudio de Forrester Research.
El área que abarca todo esto es muy amplia, desde generar guiones y animaciones hasta reemplazar a artistas. Estamos ante las etapas iniciales del contenido verdaderamente nativo de Internet, en el que entrarán a jugar tecnologías como la cadena de bloques o la transmisión de deportes interactivos.
Los medios de comunicación deberían estar presentes en esta revolución que, sin duda, les atañe, con peligros de desinformación, plagios y violación de derechos. El Gobierno que salga de las urnas el 23 de julio, sea el que sea, deberá tener en cuenta estas nuevas realidades y desafíos, para intentar poner a nuestro país en vanguardia de la industria del entretenimiento y la información de calidad.