Internet

Facebook no quiere acabar como Twitter

La carta del fundador de la compañía deja en el aire algunos interrogantes

Miguel Ángel Ossorio Vega | Lunes 20 de febrero de 2017

Mark Zuckerberg ya no busca hacer el mundo 'más abierto y conectado'... porque eso ha generado tensiones que ahora debe resolver. La compañía tiene una nueva misión, que nace de la responsabilidad de albergar a más de 1.600 millones de personas.



La política de Facebook hasta ahora ha sido de puertas abiertas para todo: más usuarios, más empresas, más contenidos, más formatos... Todo eso ha funcionado: la red social ya supera los 1.600 millones de usuarios y factura más de 7.000 millones de dólares por trimestre. Pero su éxito empresarial se ha visto empañado en el último año por un daño colateral que ha sufrido tras convertirse en el mayor medio de comunicación del planeta: las noticias falsas.

A Facebook se le achaca parte del éxito del Brexit o de la victoria de Donald Trump por su forma de tratar los contenidos considerados noticia: todos son iguales, sean o no verdad. Antes estas acusaciones, Zuckerberg ya reaccionó anunciando medidas para atajar la conversión de su plataforma en una granja de contenidos falsos. Ahora, el fundador de la compañía ha revelado en una carta la nueva misión de la red social: "desarrollar la infraestructura social para dar a la gente el poder de construir una comunidad global que funcione para todos nosotros". Nadie sabe a qué se refiere, pero todo el mundo lo intuye.

En la carta habla de cinco objetivos: ayudar a los usuarios a construir comunidades solidarias, seguras, informadas, comprometidas cívicamente e inclusivas. No parece que la meta sea convertir Facebook en una ONG, más bien evitar que se convierta en un segundo Twitter, donde el odio campa a sus anchas y cava la tumba de una empresa que nadie quiere. "Durante la única década Facebook se ha centrado en conectar amigos y familias", explica Zuckerberg en su carta. "Con esta base, nuestro próximo enfoque será desarrollar la infraestructura social para la comunidad".

Aunque nadie es capaz de adivinar en qué consistiría esa 'infraestructura social', todo indica que Zuckerberg quiere una plataforma de comunicación como la que tiene, pero perfeccionada. Entre otras cosas porque casi todo lo que comenta en la carta tiene que ver con su función de medio de comunicación especializado en mentiras. "Los medios sociales son un medio donde los mensajes resonantes se amplifican muchas veces. Esto recompensa la simplicidad y desalienta el matiz. En el mejor de los casos, se centra en los mensajes y expone a la gente a diferentes ideas. En el peor, simplifica excesivamente los temas importantes y nos empuja hacia los extremos", reconoce Mark.

Sin embargo, esto no se produce por un defecto en la construcción de Facebook: se debe al mercado publicitario digital, donde es necesario obtener muchos clics en webs y contenidos para que la publicidad pueda llegar a ser rentable. Esto obliga a llamar la atención de los internautas con sensacionalismo... y muchos llegan al extremo de mentir. Pero esas mentiras no se quedan en la Red y son capaces de saltar al mundo real. Entonces dejan de ser un juego digital que busca beneficios vía publicidad y se convierten en un peligro real para la ciudadanía. "El daño es que el sensacionalismo aleja a las personas de las opiniones equilibradas y matizadas hacia los extremos polarizados", ha escrito Zuckerberg. "Si esto continúa y perdemos el entendimiento común, entonces, incluso si eliminamos toda información errónea, la gente sólo enfatizaría diferentes conjuntos de hechos para ajustarse a sus opiniones polarizadas. Por eso estoy tan preocupado por el sensacionalismo en los medios de comunicación". Por eso, y porque Facebook es el mayor medio de comunicación de nuestra era: parece que ha decidido aceptar la responsabilidad que conlleva ser un medio de comunicación.

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