El Huffington Post presta mucha atención a los blogs, como canal de comunicación e información de futuro. Frente a otros medios que pretenden incorporar las nuevas tecnologías a la forma tradicional de hacer periodismo, el medio de Arianna Huffington parece estar empeñado en explorar nuevas formas de comunicar, en las que el criterio personal y los usos colaborativos de la web 2.0 tienen un papel fundamental.
El frente de los blogs ha deparado algunos sobresaltos. El más reciente tiene que ver con un blog relacionado con la paternidad y la relación con los hijos. Lisa Belkin ha abandonado el New York Times para fichar por el Huffington Post. Más allá de ciertos aspectos legales en fricción, la carga de profundidad que esconde esta operación está en los conceptos de fondo. “Lo que hago se basa en la interacción constante con los lectores y el feedback –afirmó Belkin–. Esto no es importante en el Times. Y como me encanta mi trabajo he decidido probar en un sitio diseñado con estas premisas”. Las declaraciones, que sospecho no mejorarán mucho el encono entre ambos medios, lanzan una mácula sobre la visión del New York Times en lo que se refiere a los blogs. En este sentido, y siendo simplistas, se podría pensar que el marcador está 1-0 a favor de Arianna, si no fuese porque aún perduran los ecos del caso Arrington.
Recapitulemos para los que no están al tanto: en septiembre Michael Arrington salió de su exitoso blog TechCrunch, por el que AOL (empresa a la que pertenece el Huffington Post) había pagado 30 millones de dólares. Los responsables del grupo mediático no anduvieron muy finos a la hora de afrontar la crisis de reputación que estalló cuando se supo que Arrington preparaba un fondo de inversión en start-ups tecnológicas, precisamente el ámbito en el que el blog se había convertido en un referente mundial. Los titubeos con los que la empresa contrarrestó las críticas respecto a que TechCrunch fuese juez y parte llevaron al exitoso bloguero a montar un nuevo blog por su cuenta.
Las implicaciones del caso TechCrunch están aún por ver. Arrington está implicado en su nuevo proyecto que, parece, va viento en popa. Pero lo más interesante será comprobar si el Huffington Post, que no duda en presentarse como el medio pionero de la era digital, sabe dónde reside la potencia de los nuevos medios: la transparencia y la calidad de los contenidos. Sólo en la medida en que garantice estas premisas será capaz de retener el talento y los lectores.
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