
En distintas conversaciones mantenidas con periodistas, todos han coincidido en señalar que su lanzamiento puede marcar un antes y un después en la prensa de nuestro país. Tanto si su propuesta triunfa como si no, jugará un papel importante en los procesos de concentración y selección que configurarán un nuevo panorama mediático en el que parece haber demasiados competidores para un mercado de presente complicado y futuro incierto.
El Español puede que también contribuya a poner fin, ya de forma definitiva, al absurdo debate papel-digital.
Medios nativos digitales como El Confidencial, Diario.es, VozPópuli, Infolibre, Ctxt o, el más reciente, Sabemos, dan muestras de vigor periodístico en el soporte tecnológico que las audiencias demandan y, a buen seguro, este nuevo competidor impulsará aún más la innovación de todos ellos, así como de los llamados tradicionales.
En cuanto a contenidos, da cierto morbo pensar en lo que puede publicar El Español en los meses previos a las elecciones. Un Pedro J. Ramírez con cuentas que saldar y con ganas de hacerse rápidamente hueco en el mercado puede ser un león muy peligroso.
En fin, desde aquí deseo lo mejor a este nuevo medio en el que, además, trabaja algún amigo. Es admirable el valor mostrado por periodistas e inversores que, estos tiempos difíciles para la industria de medios, impulsan nuevos proyectos a los que se sumarán otros en los próximos meses.
Suerte a todos ellos: como lector, les pido que respeten mi inteligencia; como periodista, que dignifiquen la profesión; y, como comunicador, que sean creíbles, pues solo así podrán aportar credibilidad a las compañías de las que informen.