Una de las ideas más brillantes, a juicio de Phelps, fue la que propuso Neha Narula, doctorada en ciencias de la computación. Para Naurla, los enlaces han avanzando muy poco desde que se inventaron hace 20 años y asegura que muchos escritores abusan de ellos, conduciendo a una “sobrecarga cognitiva”, pese a que reconoce que es necesario que haya links.
Por eso, propuso el uso de microformatos y del poco conocido atributo rev para fijar el significado semántico de los enlaces, permitiendo a los navegadores manejar diferentes tipos de links de forma diferente. (Hasta ahora, los navegadores ignoran los enlaces rev). Propuso, además, la creación de un botón para que el lector que así lo desee pueda eliminar todos los enlaces de un texto.
Otro estudiante, Eugene Wu, mostró un conjunto de herramientas denominadas DBTruck que permiten comparar grandes cantidades de datos en apenas un instante. Para probar su idea, conectó bases de datos de todo tipo sólo por diversión y se encontró con una correlación que, aparentemente, no tenía sentido: las altas tasas de embarazos adolescentes en Nueva York estaban altamente relacionadas con el bajo peso al nacer. Zuckerman resaltó lo útil que puede ser esta herramienta para ejecutar comparaciones arbitrarias y descubrir buenas historias locales que pueden estar ocultas tras los números.
Por último, Phelps destaca una idea que puede ayudar a comprender cifras grandes o lejanas a los lectores. Dice que a menudo ocurren grandes catástrofes que a la audiencia les pasan desapercibidas por la lejanía del país donde suceden o por la imposibilidad de asimilar los datos. Por ejemplo, dice, es complicado hacerse a la idea de lo que representan 7 mil millones de toneladas de gases de efecto invernadero lanzadas a la atmósfera. “Alister Doyle propuso algo así como un convertidor de divisas que convierte un número increíblemente grande en términos más cualitativos”, subrayó.