Kurzweil, inventor futurista que trabaja para la ingeniería de Google, predijo que para el 2045 la tecnología habrá superado la capacidad intelectual para crear una super-inteligencia. Esta teoría fue compartida por otros científicos que afirmaban que para esa fecha los robots superarán a los humanos.
Según el autor, muchas tecnologías están experimentando avances equivalentes a la ley de Moore, según la cual el desarrollo informático se duplica cada dos años. Gracias a este crecimiento, dentro de 30 años seremos capaces de ampliar el alcance de nuestra inteligencia mil millones de veces.
Itskov, junto con otros autores transhumanistas, sostiene que en pocas décadas los humanos podrán conectar sus mentes a los equipos. Aunque la idea suene a ciencia ficción, la ingeniería neural está desarrollando muy rápidamente la modelización del cerebro y el empleo de tecnologías para restaurar o reemplazar algunas de sus funciones biológicas.
Los mayores logros han sido los conseguidos en el campo USCIS (interfaces cerebro-máquina) Entre ellos se encuentra el implante coclear, gracias al cual el nervio del cerebro se estimula electrónicamente restaurando una sensación sonora en aquellos individuos con problemas de audición.
Muchos grupos trabajan en el desarrollo de sistemas para restaurar habilidades motoras producidas por daños en el sistema nervioso, derrames cerebrales o lesiones de la médula espinal.
José Carmena y Michel Maharbiz, ingenieros de la Universidad de California, están trabajando en la creación de dispositivos que registren las señales neuronales para luego ser descodificadas por un ordenador y con ello poder controlar extremidades protésicas.
Otro inventor, Theodore Berger, pretende sustituir la memoria del hipocampo del cerebro (región que convierte la memoria a corto plazo en largo plazo) para convertirla en una señal digital que se trasmita a un ordenador, se transforme matemáticamente y se devuelva al cerebro como una memoria a largo plazo. Este experimento ya ha sido probado con éxito en ratas y monos, y actualmente se está trabajando con pacientes humanos.
Martine Rohblatt, director general de la compañía biotecnológica United Therapeutics Corp. Introdujo en la conferencia el concepto de “mindclones”, versiones digitales de los seres humanos que pueden vivir para siempre. Se crean mediante un repositorio en línea de nuestra personalidad y se ejecutan mediante “mindware”, un software para la conciencia. Muchos científicos han rechazado ese proyecto alegando que la mente y sus diferentes procesos van ligados a la biología.
Rofer Penrose, físico de la Universidad de Oxford, también refuto la idea argumentando que la conciencia es un fenómeno de la mecánica cuántica por lo que necesita máquinas demasiado desarrolladas que, afirma, no estarán disponibles para el 2045.
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