Fréderic Filloux, director general de operaciones digitales de “Les Echos”, ha publicado un interesante artículo en el que pone de manifiesto la importancia que tiene para los medios la diversificación de su negocio. En un momento en el que las empresas periodísticas están atravesando una fuerte crisis, es necesario buscar fuentes alternativas de ingresos que les ayuden a ser menos vulnerables ante cualquier imprevisto.
El problema es que la multitud de posibilidades que ofrece el mundo digital, sumado a un presupuesto limitado, hacen que sea muy difícil elegir el tipo de productos o servicios en los que invertir. Por ello, Filloux ha confeccionado una lista con las mejores opciones de negocio que puede servir de guía a cualquier editor.
En su opinión, tres son los servicios que tienen mayor potencial para la prensa: las suscripciones digitales de pago, los cursos online masivos y abiertos (también conocidos como MOOCs) y la sindicación de contenidos. Los registros digitales y la celebración de eventos también son prioritarios.
Cualquier actividad que requiera conocer los datos del usuario es algo en lo que no se deben escatimar recursos. Estas personas son clientes que hay que fidelizar, convenciéndoles de que el producto al que van a acceder es único. En cuanto a otras actividades, la educación online sería una de las prioridades que deben tener los medios (el alcance es grande y el riesgo limitado), junto a los eventos y conferencias, aunque estos últimos dependen del nivel de competencia que haya en cada mercado.
El e-commerce también es un negocio muy interesante, pero es imposible de cuantificar. Las oportunidades son infinitas, por lo que es necesario que cada medio evalúe sus posibilidades de mercado con detenimiento para triunfar.
En la tabla que presenta Filloux, se da la curiosa circunstancia de que el valor que dan los medios a cada producto y servicio a veces no coincide con su verdadero potencial. Es el caso de los suscriptores de la impresión que, por mucho que las empresas periodísticas se empeñen, no van a resistir el cambio generacional. Su escaso valor se limita a la posibilidad de recolectar datos personales. Por otro lado, los lectores digitales ocasionales solo tienen potencial si cada medio es capaz de tomar el control de la creación de publicidad.
En lo referente a los e-books, Filloux asegura que su rendimiento ha sido, por el momento, decepcionante. Lo ideal es optar por asociarse con un editor digital. También hay que tener cuidado con la elaboración de informes especiales, ya que es una actividad costosa y conseguir que un número importante de personas pague por ese servicio lleva tiempo.
Respecto a las actividades con menos potencial, se encuentra la venta de ejemplares a lectores ocasionales (son los clientes menos valiosos). La única excepción, según Filloux, son las ediciones de fin de semana, que en EE.UU. reportan a los grandes diarios importantes ingresos. Este hecho viene a confirmar que es necesaria una revisión de la edición diaria.