La realidad virtual llega para conquistar la industria del entretenimiento. Pero más allá de los videojuegos, existen campos como el de la información, del que ya informó Media-tics recientemente, en los que esta tecnología tiene mucho potencial. 2015 será un año clave para el periodismo inmersivo, por lo que resulta interesante para los medios seguir informaciones como la comparativa que ha realizado “Gizmag” de dos de los dispositivos estrella de realidad virtual que nos ayudará a familiarizarnos con esta nueva realidad.
Oculus Rift DK2 no es la versión comercial y, aunque destinada a desarrolladores, ya ha encandilado a todo el que la ha probado. Sin embargo, el casco de Samsung, en el que también ha intervenido Oculus, es un buen casco que pretende competir con garantías con su rival.
Comparando las características de ambos, el Samsung Gear VR mejora al Oculus Rift DK2 en que es inalámbrico (es un accesorio del Galaxy Note 4) y el Oculus se conecta al pc a través de cable USB o HDMI, los controles están integrados en el propio casco y cuenta con una resolución mayor (el Oculus utiliza dos pantallas del Note 3). En contra tiene la escasa duración de la batería y el calentamiento excesivo del Note por culpa de los juegos de realidad virtual y que no incluye una dimensión que sí ha logrado el nuevo modelo de Oculus al incorporar una cámara diminuta en el ordenador que sigue la posición de la cabeza del usuario y permite experimentar el alejamiento y acercamiento de la imagen. En cuanto el precio, aunque se ha puesto a la venta por unos 200 dólares frente a los 350 del DK2, a esa cantidad hay que sumar el precio del Galaxy Note 4 (700 dólares libre, 300 con contrato).
En otras materias, ambos caminan a la par. El software es el mismo, desarrollado por la compañía propiedad de Facebook, Oculus. El campo de visión es muy similar, ligeramente superior en el DK2 (100º frente a 96º), la latencia de imagen es inferior a 20 milisegundos, el tamaño de la pantalla es de 5.7 pulgadas y utilizan la tecnología AMOLED, con negros profundos y ricos colores. En el Gear VR no hay espacio para que el usuario lleve gafas de ver, pero permite calibrar la imagen para los miopes.