Clarín, el diario más leído de Argentina, es también el que más ventas pierde, según el Instituto Verificador de Circulaciones (ICV).
Los números dicen que la caída de Clarín es más acentuada que la de sus competidores. También dicen que no es un fenómeno del último año, sino que la curva descendente comenzó a estabilizarse definitivamente en 2010, cuando la cabecera perdió por primera vez, y sólo un mes, el listón de los 300.000 ejemplares comercializados. Es cierto entonces que ese año marca un punto de inflexión, como también es verdad que las ventas venían cayendo desde 2005, por lo que casi una década de caídas permite hablar de tendencia y no de fenómenos que responden a cuestiones coyunturales.
Vayamos a la serie histórica. Si se toma los últimos datos del IVC, en el lapso que va de enero de 2010 a enero de 2012, Clarín pasó de vender diariamente 344.945 a 273.954 ejemplares. Una simple cuenta nos da como resultado una bajada de 20,6%. Para colmo, la Voz del Interior, periódico emblemático de la provincia de Córdoba, cuyo propietario es el Grupo Clarín, en 2010 vendió 55.028 ejemplares. Dos años más tarde, las ventas alcanzaron los 48.846, estableciendo un descenso de 11,2 puntos porcentuales.
Si bien es cierto que estos números reflejan la gravedad de la crisis del diario de Ernestina Herrera de Noble, otro dato la hace más visible aún: Clarín explica el 70,6% de la caída de ventas de los diez primeros diarios del país. Si “al gran diario argentino”, se le suma el comportamiento de su activo cordobés, el Grupo Clarín es responsable del 76,4% de diarios que dejaron de venderse en el bienio que va del 2010 al 2012. O, lo que es lo mismo, tres de cada cuatro diarios que quedaron en los kioscos sin vender pertenece al Grupo Clarín.
Al año siguiente las cosas fueron a peor. Tanto, que la cantidad de ejemplares comercializados en 2013 provocó que se echara de menos a los horribles números del bienio anterior: el ejercicio cerró con un promedio de ventas 250.000 mil ejemplares. Esa cantidad representa un 59,97% de lo vendido en 2005, año que mostró por primera vez la curva descendente en la pizarra de ventas del Grupo. Asimismo, estos 250.000 ejemplares dieron una excelente oportunidad – que por cierto no desaprovecharon - a sus enemigos políticos atrincherados en la prensa kirchnerista, quienes se apuraron en recordar que ese nivel de ventas estaba por debajo del registrado en 1959, hasta ese momento el ejercicio con el peor registro de ventas del diario. Para colmo, como también recordaron, la población argentina no llegaba a los 20 millones de habitantes, menos de la mita de la actual.
Los últimos datos disponibles llegan a octubre de 2014, ejercicio en el que el diario continua su caída situándose en los 219.000 ejemplares vendidos promedio. Si se realiza una comparativa entre enero de 2010, año en que Clarín baja por primera vez de los 300.000 ejemplares, y octubre de 2014, se verá que las ventas de la cabecera cayeron 36,41%. La Voz del Interior, por su parte, redujo su comercialización un 26,98%. Mientras que La Nación, principal competidor de Clarín, sólo se dejó un 3,03% de las ventas.
A la hora de explicar lo sucedido, las opiniones difieren según la fidelidad u oposición al Ejecutivo nacional.
Los analistas enrolados en el kirchnerismo dicen que la caída en las ventas de Clarín – muy superior al resto de los diarios – responde a “algún desencuentro con sus lectores”. Este “desencuentro”, de acuerdo a estas voces, se produjo cuando el periódico, dirigido con mano dura por Héctor Magnetto, enfrentó al matrimonio presidencial. Quienes defienden esta postura argumentan que la pérdida de lectores de Clarín se acentuó a partir de su pelea con los Kirchner en 2008, ya que a partir de esa fecha el matutino perdió 119.547 ejemplares, mientras que en el periodo 2001-2008, la reducción fue de 76.559 números.
Con todo, la explicación que tiene más aceptación es la que explica la debacle por la irrupción de las nuevas tecnologías que fueron limitando la circulación de los impresos. Incluso, Ricardo Kirchbaun, editor general de Clarín, alertó en su momento sobre las transformaciones que debe afrontar la prensa escrita “para recuperarse”. El Colorado, como se le conoce por su color de cabello, añadió que “la gran transformación que tiene lugar en los medios en todos lados y, en particular, en los diarios, es un hecho indiscutible e imparable”.