Uno de los expertos españoles, Pablo F. Igesias, lo recoge con acierto y lo extiende desde los viejos buenos tiempos a la Web 2.0 y la llegada de la Web 3.0, que puede cerrar la gran estafa con su metaverso.
Tal vez estamos tan metidos en la sopa mediática que no percibimos bien el contexto profundamente tóxico. Hay que monetizar todo, la audiencia manda, persiguiendo el beneficio a toda costa hemos alumbrado entre todos unos monstruos que nos devoran los paisajes. Los “Big Three”, Google, Facebook y Amazon ya capturan más del 50% del mercado mundial de la publicidad, según recientes estimaciones de GroupM (WPP). En América del Norte, Europa, Oriente Medio y África, superan el 80% de la publicidad digital. A la prensa escrita apenas le queda una cuarta parte del ingreso que tenía en 2019. El cine ha visto disminuir sus ingresos publicitarios de 2.700 millones de dólares a 700. El cierre de cines es un signo muy elocuente de los tiempos.
La prestigiosa Amy Web vaticina que veremos “una dura lucha contra Google y Facebook en los tribunales por cuestiones antimonopolio”. Las noticias locales están siendo desmanteladas, dejando desiertos de información en EEUU.
El Informe Anual de la Profesión Periodística 2021 que ha dado a conocer recientemente la APM resalta la peligrosa polarización creciente en la sociedad española. Según el 68% de los periodistas encuestados, ésta marcada polarización se produce en ambas direcciones, de los medios a la sociedad y viceversa. Solo hay que acercarse a un quiosco y verán la vergonzosa muestra del llamado “periodismo de trinchera”, que provoca, entre otras cosas, que la misma noticia se titule con sentidos opuestos, codo con codo, en una impúdica exhibición del peor periodismo. La opinión de los periodistas es unánime cuando el 93% señala que “desde las direcciones editoriales de los medios se dictan directrices explícitas para orientar la información”. La ruina económica en la que están enfangados una enorme cantidad de medios es el principal detonante de este estado de cosas. El Centro de Política Económica de la prestigiosa escuela de negocios Esade denuncia que llevamos años viendo crecer la polarización afectiva e ideológica en España. “Los sentimientos de los votantes de una partido hacia el resto están entre los más negativos del mundo”.
Seguir un hilo de Twitter sobre algún tema de actualidad es llorar, plagado de insultos, descalificaciones y ataques personales. Tal vez deberíamos empezar por prohibir tajantemente el anonimato en las redes sociales. Sería un pequeño paso en la buena dirección. Quedan muchos más.