“Jot Down Magazine” es una revista digital que fue fundada por Ángel Fernández y Ricardo J. González en mayo de 2011. Aunque conocían perfectamente el funcionamiento de Internet, tenían claro qué producto querían ofrecer, muy diferente a los que predominan en la red.
La idea era reunir el contenido de cinco revistas en papel en una web, tomando como referencia el estilo de la publicación “The New Yorker”. “Hicimos todo lo que no había que hacer en Internet: una web en blanco y negro, no basada ni en la rapidez ni en la inmediatez. Y funcionó”.
Sus contenidos huyen del típico tono periodístico rápido y directo. Por el contrario, cada periodista puede dar a las informaciones el enfoque y extensión que desee. Los temas tratados ya son conocidos para el lector, lo que encontrará en “Jot Down” es una historia agradable de leer y contada de una forma diferente.
Para la revista, la fotografía es un pilar fundamental dentro de sus contenidos. Empezaron utilizando el color, pero en seguida se pasaron al blanco y negro, “mucho más elegante”, en palabras de la fotógrafa Guadalupe de la Vallina, pero arriesgado por su menor atractivo para un formato como Internet.
Que los artículos aparezcan sin fechas para evitar la temporalidad, sumado al uso del blanco y negro, hacen que se dé la misma importancia a un hecho ocurrido treinta años atrás que a uno que esté de máxima actualidad. Lo que priman son los contenidos, por ello las ilustraciones acompañan al texto, pero no distraen ni restan protagonismo.
Un periodismo de calidad basado en el reporterismo de los años 50 tiene su hueco en la red. Así lo avalan los más de un millón de visitantes únicos alcanzados en todo el mundo, aunque aún no ha visto la luz su versión en inglés. “La gente se lee las entrevistas de 12.000 palabras en la web. Prueba de ello es que lo comentan en Internet, luego hay personas dispuestas a perder media hora en hacerlo. Está claro que lo hicimos todo al revés”.
A pesar de las advertencias de que no iba a funcionar, ellos siguieron ofreciendo un producto alejado completamente del resto de revistas digitales. Ángel Fernández, editor de “Jot Down”, cree que el secreto está en la creación de un plan de viabilidad previo. En año y medio empezaron a obtener beneficios, aunque sólo se habían planteado cubrir gastos. Registraron la marca, aguantaron un año y el éxito acabó llegando.
En cuanto a la financiación, tuvieron que descartar varias fórmulas. Consideran que la publicidad y los paywalls no funcionan. Tampoco pensaban que el crowdfunding les ayudara a mantener el producto ni las donaciones al estilo Wikipedia. La solución para conseguir ingresos fue finalmente seguir el modelo de Amazon y vender sus propios productos. “El consumismo siempre funciona y de hecho nos ha ido bien”. Reconocen que no pensaron en la web como un negocio y no se han lanzado a explotarla convenientemente.
Desde junio de 2012, la revista también sale en papel, tras el éxito de la edición digital. Los contenidos son diferentes en ambas plataformas. Aunque les gustaría vivir del papel, objetivo inicial, “la web es como un anuncio de Coca Cola: sirve para conectar con la gente y crear comunidad”. La versión en Internet ha sido el escaparate que ha hecho posible el salto al papel.
Para distribuir los productos, crearon una red de librerías propias asociados con otras cabeceras. En lugar de restar lectores, esta iniciativa les ha ayudado a expandirse entre la gente que no les conocía, aumentando su audiencia.
En cuanto a la parte puramente técnica, optaron por Wordpress, la plataforma más visitada de Google y que permite ahorrar en campañas SEO. Sin olvidar el importante papel de las redes sociales, Twitter, Facebook, Flickr y Menéame, fundamentales para fidelizar lectores.