Los directivos de RCS no ocultan su preocupación por la continua sangría financiera que las pérdidas de Unidad Editorial suponen para el grupo italiano. Los números rojos de su filial española han obligado a RCS a una reciente ampliación de capital de 500 millones precisamente para salvar al grupo al que pertenece El Mundo. Con la salida de Pedro J., RCS ha quitado el tapón que bloqueaba sus intentos de reestructuración de Unidad Editorial. Ahora que se ha desbloqueado la situación, se abren diferentes opciones para el futuro de la compañía española, bajo la dirección de los directivos de RCS.
La primera opción es la posible venta de una parte de Unidad Editorial a un holding financiero o la fusión con otro grupo editorial. Para esta última hipótesis, se especula desde hace meses sobre Planeta o Vocento como las opciones más probables, aunque ambos grupos niegan esa posibilidad por el momento. Y uno de los principales escollos para los planes de fusiones con otros grupos editoriales era precisamente Pedro J. Ramírez.
Otro cambio podría ser el replanteamiento del muro de pago que se instaló en noviembre con el cobro por contenidos. Hasta el momento el cambio de piel no ha dado los resultados esperados, ya que no se han superado los 100.000 suscriptores que no son suficientes para cubrir la gran inversión financiera y publicitaria que se puso en marcha para lanzar el nuevo proyecto digital.
Pietro Scott Jovane, consejero delegado de RCS, está dirigiendo en primera persona la restructuración de El Mundo y de Unidad Editorial. Ante la urgencia de relevo de Pedro J., el miércoles por la tarde Scott Jovane aterrizó en Madrid, tras coger el primer vuelo disponible desde Milán, para presidir la reunión del Consejo de Administración de Unidad Editorial. Seriamente preocupado las continuas pérdidas de la filial española, el CEO de RCS se ha planteado acometer cambios en el grupo directivo de Unidad Editorial.
RCS podría incluso situar a un directivo italiano en Unidad Editorial para controlar la gestión y parar la sangría financiera. Y no sería la primera vez que ocurre: en junio del año pasado los propietarios italianos nombraron a Marco Ficarra como como nuevo director general del grupo español y número dos de Antonio Fernández-Galiano. Ficarra llegó con el mandato de la matriz italiana de controlar la gestión del presidente de Unidad Editorial. Ante la deriva financiera de su filial española, la dirección de RCS decidió colocar en Madrid a un hombre de confianza para disponer de un control directo sobre su urgente reestructuración y para la aplicación de la hoja de ruta establecida desde Milán.
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