El teléfono inteligente no es ya un móvil para hablar y estar conectado: es un terminal multiuso destinado a cambiar el mundo de los negocios y la historia misma de la humanidad. Antes de que termine 2016 estarán conectados a la Red unos 5.500 millones de habitantes, unas tres cuartas partes de la población humana, constituyendo una especia de macrordenador planetario que conectará a su vez con el Internet de las cosas, con la Nube, con los centros de Big Data, con traductores inmediatos a más de 60 idiomas. El género humano interconectado no será el mismo. Y la tecnología masiva de Internet tiene apenas 15 años. En la industria de los medios de comunicación, quien no apueste desde ya por la discontinuidad radical, pronto será un zombi.
¿Qué tiene que ver una organización de noticias industrial, con sus redacciones masificadas, sus ediciones y cierres, sus diseños pensados para imprimir, su concepto mismo de noticia, con los terminales inteligentes de siete, ocho o más pulgadas, que serán la norma informativa? Lo acaba de advertir el vicepresidente de la Newspaper Association of America (NAA), Jim Conaham,: "los móviles inteligentes se están haciendo omnipresentes y los periódicos deben desarrollar de manera muy agresiva nuevos productos y servicios adaptados a este maremoto". A finales del pasado año dos terceras partes de todos los estadounidenses, 153 millones de personas, tenían un móvil inteligente, según ComScore. El pasado año la publicidad para móviles ascendió a 9.600 millones de dólares, el 23% del total de la publicidad digital en EEUU, contra el 12% un año antes, dice eMarketer. Un estudio encargado por la NAA concluye que la audiencia digital de los periódicos de Estados Unidos era de 148 millones de visitantes únicos el pasado diciembre, 24 millones más que un año antes. De estos, 39 millones consultaron los medios exclusivamente desde sus móviles (+45%). La información económica, particularmente, se consulta cada vez más desde móviles y menos desde el papel o desde un PC. El "Financial Times" sobrepasó el millón de suscriptores en su aplicación para móviles y tabletas. Más del 20% de todas sus páginas vistas vienen por esta vía.
Como se ha puesto de manifiesto en el Congreso de Barcelona, el móvil se convertirá en el principal elemento de identificación del ciudadano. En el 2016, dos tercios de la población de América Latina tendrá un móvil inteligente, una de las tasas más altas del mundo. Los editores españoles deberían preocuparse y hasta obsesionarse para servir informativamente a este publico hispanohablante. Ahora parecen más obsesionados por las fusiones de cabeceras de diarios, pues es del todo evidente que sobran más de la mitad de diarios nacionales. Pero esa no es cuestión más acuciante. Hay que reinventar el periodismo para las pantallas pequeñas. Eso presupone una discontinuidad radical.