Los relojes inteligentes preparan su asalto masivo al mercado. Samsung dio a conocer en la Conferencia Mundial de Móviles de Barcelona su segunda generación de smartwatches, el Samsung Gear 2 y el Gear 2 Neo, a la venta el próximo 8 de abril. Por su parte, LG y Motorola también han presentado sus propios dispositivos. Lo mismo ocurre con Qualcomm, Sony e Intel. A ellos se están sumando nuevos actores, como la pequeña compañía Pebble Technology, financiada mediante crowdfunding o los modelos que llegan de China, informa “Ad Age”.
Estos dispositivos, a juicio de Eric Franchi, cofundador de la red de publicidad digital “Undertone”, se volverán omnipresentes en tres años y representarán una gran oportunidad de negocio si los anunciantes saben aprovecharla.
El potencial de esta publicidad se incrementó en marzo cuando Google, que obtiene el 90% de sus ingresos de los anuncios, lanzó Android Wear, un sistema operativo que usarán sus relojes y los de las marcas que ya operan con sistema Android (Samsung cuenta con software propio, Tizen, pero al parecer están abiertos a apoyar otros sistemas operativos).
Desde la compañía señalan que, para lograr que la publicidad en dispositivos con tecnología portable sea eficaz, tendrán que trabajar con aplicaciones nativas. Estos anuncios, según Ian Schafer, CEO de Deep Focus, combinarían las capacidades de Google con Waze (la app que actúa como un GPS comunitario) y el poder predictivo de Google Now.
Pero algunos anunciantes se muestran escépticos con la posibilidad de que los anuncios den el salto a los relojes inteligentes de Android, incluso se plantean si deberían hacerlo. “La tecnología portable es tan personal e íntima que la publicidad puede ser interpretada fácilmente como una invasión”, señala un experto.
“Undertone” creó en febrero “Future Proof Labs”, un laboratorio de innovación móvil para introducir a los vendedores en el uso de la tecnología “wearable” y su impacto en la publicidad digital. Desde “Understone” están convencidos de que la clave estará en las balizas, unos sistemas de posicionamiento que, gracias al Bluetooth Low Energy, son capaces de enviar mensajes a los smartphones que estén más próximos. Estas balizas ya se han situado en algunas tiendas y estadios para rastrear las compras que han realizado los usuarios y serán determinantes a la hora de poder enviar los anuncios adecuados a los smartwatches.
Esta tecnología también puede funcionar a la inversa: que sean los relojes los que recojan los datos personales, desde hábitos de consumo, a la ubicación o el estado de salud y las notificaciones lleguen a su correo electrónico o teléfono. Y es que los vendedores se están dando cuenta de que la tecnología portable es una gran aliada a la hora de recopilar datos. Las pulseras que realizan un seguimiento del rendimiento físico abrieron nuevas oportunidades para las marcas deportivas. Pero sólo era el primer paso hacia el “Internet de las Cosas”, un mundo en el que varios dispositivos estén conectados y miles de datos fluyan entre ellos.
Una de las empresas a la que tanto vendedores como redes de publicidad, marcas y fabricantes de portátiles están mirando es Apple. Su “iWatch” podría ser lanzado en septiembre, según las últimas informaciones y todo apunta a que éste podría usar la tecnología “iBeacon” para conectarse con el iPhone o incluso con aplicaciones externas. Por el momento, esta tecnología ya ha sido implantada en más de 200 tiendas Apple de EE.UU. para el envío de promociones a los iPhone de los usuarios que se hayan bajado la aplicación y se encuentren en las proximidades del establecimiento.
Los líderes de las agencias consideran, por tanto, que el futuro de la publicidad en la tecnología portable pasa por que cualquier anuncio tenga una utilidad. Los consumidores en principio no están dispuestos a compartir sus datos, pero la cosa cambia si obtienen en contraprestación algún tipo de beneficio. Ian Schafer señala que los relojes inteligentes han de permitir, por ejemplo, que una persona pueda recibir un descuento en un café con leche si se encuentra cerca de Dunkin Donuts. Lo que sí quiso recalcar es que “no voy a comprar dispositivos portables si tienen publicidad en su forma actual”.