El concepto de “destrucción creativa” enunciado y elaborado por el brillante economista Schumpeter en la primera mitad del siglo XX ha mantenido su vigencia, especialmente en el mundo trasversal del emprendimiento empresarial y la creación de empresas, pero ahora es posible que se enfrente a un reto existencial, especialmente con la llegada de la IAG. Podemos verlo desde cierta perspectiva: la llegada de Internet y la sociedad digital golpeó muy duramente al crucial sector de los medios de comunicación.
Su modelo de negocio que fue un gran éxito durante varias décadas sufrió un embate del que aún no se recupera. La publicidad, que era la primera fuente de financiación de las empresas informativas, sufrió una dura sequía o emigró casi de golpe a las grandes empresas de Internet. Numerosas augurios pronosticaron la muerte de los medios impresos en bonito y manejable papel. El Congreso de Editores CLABE ha mostrado claramente su apresurado error: en Palencia se han expuesto numerosos ejemplos de medios en papel que han alcanzado meritorios éxitos. Por supuesto, el modelo de negocio ha mutado y ahora es bastante probable que lo haga mucho más, pues la llegada de la IAG puede trastocar todo el tablero.
Schumpeter decía que hay dos tipos de fuerzas que configuran la creación de la riqueza, materiales (trabajo, tierra y capital) e inmateriales (factores técnicos y sociales) . El éxito del actual capitalismo depende de su habilidad para recompensar la iniciativa y el ingenio de los individuos y las empresas. Pero ¿qué sucede cuando aparece una tecnología disruptiva?
Sam Alman, uno de los principales creadores de la nueva ciencia, patrón de OpenIA, nos advierte que estamos poniendo en marcha una inteligencia intrínsecamente impredecible, que en poco tiempo y de manera inexorable, sobrepasará a la inteligencia humana, pues su capacidad de aprendizaje por sí misma es muy superior a la del Homo Sapiens. No debemos apresurarnos a conclusiones apocalípticas, pues la incertidumbre es la base de los nuevos tiempos digitales. A lo mejor nos ayuda a solucionar el pavorosa problema de la depredación del planeta Tierra por parte de sus más de 8.000 millones de habitantes.
Por de pronto, hay que felicitar al equipo de CLABE que ha hecho posible un muy cargado Congreso de editores en Palencia. Entre otras cosas, allí se ha puesto en evidencia que el periodismo de cercanía, la información local e incluso hiperlocal, ya tiene un florecido presente. Y el soporte del denostado papel tiene un futuro por delante. Será muy interesante comprobar dentro de un año la evolución de estos parámetros. Mucho ánimo a todos.
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