El Gobierno británico anuncia una estrategia para dotar al país de mejores infraestructuras para liderar la transición hacia esta nueva tecnología.
Los planes del Gobierno británico, anunciados por el canciller George Osborne, buscan posicionar al país como “líder mundial” en los servicios 5G. Con este movimiento también buscan superar a países asiáticos que están apostando con fuerza por esta nueva tecnología para móviles.
La nueva estrategia británica, que estará respaldada por la Comisión Nacional de Infraestructuras, contará con 25 millones de libras adicionales este año, 30 millones en 2017 y 15 millones en los dos años siguientes, por lo que el proyecto se desarrollará en varias fases. De este modo, el país espera tener listas sus redes de aquí a cuatro años, lo que ha recortado drásticamente los tiempos para poder competir con países como Corea del Sur, que para 2018, cuando se celebrarán los Juegos Olímpicos de invierno en el país, espera tener lista su infraestructura 5G.
Osborne también anunció un plan para liberar más de 750MHz de espectro radioeléctrico en bandas inferiores a los 10GHz, que esperan tener disponibles para su uso en 2022. Gracias a estas medidas, el Gobierno busca ayudar a las empresas de telecomunicaciones a construir mejores redes para que puedan prestar más servicios.
Además, el Gobierno británico quiere promover la competencia entre operadoras, por lo que apoyará a empresas alternativas que compitan con BT (British Telecom) a través de un fondo que estará financiado, en parte, por las propias compañías privadas. El fondo, según fuentes del sector citadas en Financial Times, podría estar dotado de entre 400 y 500 millones de libras (entre 500 y 600 millones de euros, aproximadamente).
La compañía BT es el mayor proveedor de servicios de telecomunicaciones en el Reino Unido, por lo que pequeños operadores se quejan a menudo de las dificultades que encuentran para competir con ella, aunque en los últimos años han nacido pequeños operadores especializados en áreas rurales.
En Reino Unido también operan Vodafone, EE (fruto de la
unión de Orange y T-Mobile) y
O2, que pertenece a Telefónica, además de operadores virtuales y pequeñas compañías que compran ancho de banda a otras empresas.