A finales del pasado año, más del 50% de la población mundial estaba conectada a Internet, exactamente el 51,2%, que significan 3.585 millones de personas enlazadas. España tiene una de las tasas más altas de conexión: el 91,7% de la población está conectada. Internet es ya un espejo sin precedentes en el que se puede mirar la humanidad. Pero en este período aún infantil de la era digital, la imagen que nos devuelve es la de un espejo oscuro lleno de basura, de ruido, de exhibicionismo, de amenazas y una gran escala de misoginia. Es hora de empezar a reflexionar sobre este fenómeno.
Una investigación lanzada por Demos revela que en un período de tres semanas cerrado a finales de abril, se pudieron registrar más de 200.000 tuits agresivos que utilizaban la palabra “zorra” y “puta” solo en el Reino Unido. Un total de más de 6.500 personas en el Reino Unido fueron blanco de 10.000 tuits misóginos en ese período. Las personas famosas, casi por cualquier causa, son los principales objetos de acoso en la Red. Una investigación llevada a cabo por “The Guardian” reveló que de los diez escritores más agredidos en la Red, ocho eran mujeres y los otros dos eran hombres de raza negra. Otro estudio llevado a cabo entre profesores de colegios mostró que la mitad de los 1.300 profesores interrogados en esta encuesta habían sido atacados en los medios sociales en relación con su trabajo, según un sindicato británico de la enseñanza. ¿Qué podemos hacer cuando Internet se convierte en un nuevo campo de batalla para algunos de los peores aspectos de la conducta humana?
La red social Periscope, por ejemplo, se ha convertido en el origen de múltiples noticias que atentan contra la seguridad de la ciudadanía. Se recurre al exhibicionismo sexual como mecanismo de captación de atención. Prima un culto fetichista del yo, como si una parte importante de la población buscase la autoafirmación a través de estos penosos mecanismos. Prima lo anecdótico y el espectáculo frívolo.
En España, Twitter es, con demasiada frecuencia, la plataforma para el acoso sexual y las amenazas. Periodistas conocidas como Lara Siscar o América Valenzuela han sido acosadas en la Red y luego incluso amenazadas en persona, a veces en plena calle. La periodista de La Sexta, Ana Pastor, es una de las que más mensajes de odio recibe en redes sociales. La conocida humorista Eva Hache es otra famosa que ha sido objeto de acoso y amenazas. La policía detuvo al acosador en cuestión, un agricultor marbellí de 22 años que también había amenazado a famosos como Andreu Buenafuente o Risto Mejide. Hoy día Internet es la calle y el espacio público, por lo que es imprescindible empezar a reaccionar contra este estado de cosas.