La situación de la prensa es de sobra conocida por todos. Los ingresos digitales no compensan la caída de los impresos, algunos medios tradicionales han tenido que ser rescatados por multimillonarios y ya hay títulos importantes que han decidido abandonar el papel.
En Suiza acaba de publicarse un estudio que confirma que las tiradas de los periódicos se han reducido en 1,15 millones en 20 años y sitúa la suma de todos los títulos del país en 3,11 millones de ejemplares. En cuanto a la publicidad, la caída ha sido del 60%, lo que supone que los medios de pago han dejado de ingresar 993 millones de francos. La aparición de la prensa gratuita y de los medios digitales ha contribuido a este deterioro. Sin embargo, y como ocurre en la mayoría de mercados, los medios tradicionales suizos tampoco han sido capaces de atraer el dinero de la publicidad online.
Nada nuevo bajo el sol. Lo que sí es novedoso es que un experto conocedor del sector de la impresión ha vaticinado que la cuestión de la supervivencia de las últimas imprentas surgirá a partir de 2021. Suiza ya cuenta con pocas rotativas, la mayoría pertenecientes a los grupos de medios Tamedia y Ringier (copropietaria de ‘Le Temps’). Entre 2021 y 2025 será la hora de renovar las instalaciones actuales, pero si las inversiones no se amortizan hasta pasados treinta años y la dinámica de la prensa actual no invita a ser optimistas con la supervivencia de las ediciones impresas, los propietarios no invertirán su dinero en un negocio caduco.
El redactor jefe de ‘Le Temps’, Stéphane Benoit-Godet, ha asegurado que el fin de la impresión llegará antes de lo esperado debido a la fragilidad del eslabón más débil de la cadena. “La impresión, distribución y reparto de periódicos siguen siendo oficios del siglo XIX. Sin embargo, estas tareas se realizan para empresas del siglo XXI. Y ellas mismas ya no tienen el éxito que conocieron en el siglo XX. Producción y difusión, que no tienen apenas peso en la cadena de valor editorial, va a acabar por resquebrajarse. El fin de los diarios impresos dentro de cuatro años no es un escenario irreal”, sentencia.