El autor cita un estudio de la American Journalism Review para sostener sus afirmaciones: hace dos años, esta publicación afirmó que 18 periódicos estadounidenses y dos cadenas de periódicos habían cerrado sus oficinas en el extranjero. Otros medios de noticias, incluyendo la mayoría de las redes de televisión, las han reducido o abandonado por completo en favor de las agencias de prensa.
“The New York Times y algunas otras organizaciones de noticias –NPR, BBC, The Wall Street Journal, CNN- se han rebelado contra esta tendencia. No se trata de un espíritu altruista, sino de tener conciencia de nuestra identidad”, señala Keller, quien reconoce que sus momentos más duros como director fueron las llamadas telefónicas a familiares para informarles de que un corresponsal había caído en manos de delincuentes, que estaban heridos o que habían sido asesinados. “La frase de que el precio ocasional de una profesión noble pero arriesgada es sólo un consuelo”, asegura.
Keller explica que en casos de peligros se ha de confiar en corresponsales capacitados y con experiencia para juzgar cuánto riesgo es demasiado. Por eso, reconoce que es importante hacer una buena inversión en seguridad.
El autor termina asegurando que sin los corresponsales se perdería una información clave en las noticias: “El precio que pagaríamos no se reduce sólo a un periodismo menos bueno, sino también a una política menos buena. Porque, no nos engañemos, una buena parte de los Gobiernos llaman inteligencia a lo que no es más que una lectura atenta de las noticias”.