Apple ha lanzado un órdago al rey Google: iOS9, la nueva versión del sistema operativo para móviles, incluye extensiones para el bloqueo de contenidos en Safari. Se apunta así a una tendencia que crece como espuma, la rebelión del público hacia la publicidad, especialmente en sus versiones clásicas, intrusivas, repetitivas, machaconas. El móvil es ahora en principal caballo de batalla, pero la pauta de conductas va más allá y pronto pondrá en dificultades a aquellos medios de comunicación que basan su modelo de negocio en la publicidad.
Los datos son abrumadores: ya hay casi 200 millones de usuarios del bloqueador de anuncios digitales Adblock en el mundo y crecen a una tasa del 41% anual, según el último informe de PageFair en colaboración con Adobe. El coste para los editores rondará los 22.000 millones de dólares este año, estima el estudio. En el mercado faro de EEUU el crecimiento ha sido del 48% en doce meses hasta junio pasado, para llegar a 45 millones de usuarios activos. En el Reino Unido el bloqueo se disparó en el 83% en ese periodo.
La gente tolera cada vez menos el modelo de publicidad imperante en la era industrial, basado en la repetición y la interrupción. La atención es algo demasiado precioso en el mundo digital emergente, especialmente en los móviles, el terminal que acapara cada día más el tiempo del público. Si utilizas un bloqueador en tu móvil acortas el tiempo de carga de los contenidos, alargas la duración de la batería y mejoras tu consumo de datos.
El publico consume información en sus móviles de manera abrumadoramente creciente, pero los ingresos por publicidad en ese terminal no siguen. Por ejemplo, el "New York Times" ya tiene más de la mitad de sus visitas a sus distintas webs vía móvil, pero estos dispositivos representaron sólo el 15% de los ingresos por publicidad digital en el segundo trimestre. En el "Wall Street Journal" representan menos del 20%, lo que tiene muy preocupados a sus ejecutivos. Se calcula en EEUU que una visita móvil tiene un valor de entre la mitad y dos tercios de una visita a través de ordenador. Si a esto añadimos los bloqueadores, los editores que basan sus ingresos en la publicidad digital van a tener muchos dolores de cabeza.
Las fórmulas de canalizar la publicidad para la era del móvil están por inventar.