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No me moleste: estoy en modo “on vacation”

Por José Luis Zunni
martes 12 de julio de 2016, 09:43h
¡Que no hay mejor motivación que iniciar unas vacaciones no hay quién lo dude! ¡Que el título de hoy induce a la automotivación! Pues claro que sí. En nuestra espectacular foto de portada, apreciamos la grandeza de la naturaleza en “The Spencer Glacier”, glaciar que está ubicado entre las montañas Kenai y el Chugach National Forest en la península que se extiende al sur de Anchorage, Alaska. No existen caminos para llegar a esta belleza natural, pero sí se puede navegar en kayacks admirando las increíbles vistas del glaciar y de icebergs flotando en lago Spencer.
No me moleste: estoy en modo “on vacation”
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La forma que cada persona elija para disfrutar de sus vacaciones es tan diversa como la vida misma. La ventaja que nos da vivir en 2016, es que llegar a zonas remotas hoy día como ésta de Alaska, ya está más al alcance de todos. También dependiendo de cada persona, es frecuente escuchar que “me gusta veranear en Benidorm” o que “prefiero un viaje exótico a Tailandia” y un largo etcétera. Cualquiera puede tener su particular “glaciar” porque lo que importa de verdad es el disfrute que dicho lugar le produce, lo que es fundamental para la mente y el espíritu.

En una ocasión hicimos referencia a la anécdota de dos vecinos que se saludaban y mantenían el siguiente diálogo al estar uno de ellos con una pala haciendo un hoyo en su jardín

- ¡Así que trabajando!

- ¡No! Estoy descansando.

Al día siguiente, pasa nuevamente frente al jardín y encuentra a su vecino sentado leyendo un libro

- ¡Así que descansando!

- ¡No! Estoy trabajando.

Esto nos dice a las claras que al enfrentarnos a las vacaciones cada persona tiene que construir su mundo de descanso físico y mental adecuado a sus necesidades. Ni hay que buscar descanso en el reposo total, ni en la actividad exagerada de salidas, fiestas, excursiones, etc., sino sencillamente optar por la variación. No hay nada mejor que cambiar de actividad e intensidad para descansar a conciencia.

No busques que tu mente y espíritu se relajen por el hecho de pasar de una tumbona a la cama y después al sofá. Hay que hacer cosas distintas de aquellas que provocaron la necesidad de descansar. Nuestra actividad nos llevó con la acumulación de meses del año a tener una cierta saturación de todo tipo y dependiendo de las características de nuestro trabajo, el nivel de agotamiento mental puede que haya crecido demasiado.

Cuando se cambia de escenario parece que también cambian las personas, aunque sean las mismas la de la composición familiar. Lo que sucede es que los actores cambian de actitud y provocan a su vez una mutación de escenario (es el mismo pero nos parece mejor) aunque sean lugares comunes en los que habitualmente pasemos días de vacaciones. Es el mismo lugar físico pero nuestra precepción es diferente porque la motivación también ha cambiado.

El cambio de aire es físico y anímico. La rutina diaria que dejamos atrás se convierte en una fuerza motivadora que debemos aprovechar para desconectar, especialmente los primeros días, pero poco a poco, retomar esas actividades que nos producen placer, caso de la lectura con calma de algunos libros que teníamos previstos leer en nuestra lista de verano. Pero no te engañes creyendo que puedes leer 15 libros.

Cuando entramos en vacaciones parece que dejamos las preocupaciones estresantes detrás de nosotros y cambiamos el chip a “modo aventura”. Pero cuidado: debemos ser cautos y no creernos que estamos compitiendo en el “Camel Trophy” ya que lo único que conseguiremos es una lesión muscular en el mejor de los casos. La aventura es buena siempre y cuando la hagamos con criterio. Y si en todo el año no ejercitamos los músculos más que para caminar y algunas actividades domésticas, someterlos a una fuerza a la que no están acostumbrados es algo que trae consecuencias. Sí puede practicarse deporte de manera moderada para evitar que los músculos se congestionen, situación que finalmente termina produciéndose cuando nos excedemos y estamos fuera de forma.

Si lo miras desde otro punto de vista, lo que haces en vacaciones es a menudo algo que no estás haciendo durante todo el año (variación)

Cortar o no la comunicación con el exterior

Pensar que hoy día podemos estar durante quince o veinte días aislados del mundo es del todo absurdo, excepto que efectivamente hayas emprendido una excursión por el Amazonas peruano y tu único contacto con la civilización sea mantener un GPS de localización abierto. Pero el 99% de las personas que están de vacaciones en playas, montañas y en casas rurales, siguen conectados a la red.

Lo que sí puedes hacer es estar conectado de a ratos. Estar alcanzable para los demás en determinados momentos. No te obsesiones por aquellas cosas (a veces pequeños detalles) que estás dejando en tu sitio de trabajo (dejándolos atrás siempre y cuando tu responsabilidad te lo permita porque haya sido cumplida debidamente). Estar limitando la conectividad es posible, tal vez si limitas ese tiempo a las noches y chequear tus mails después del desayuno antes de iniciar tu jornada de actividades de ocio.

Son muchas las personas que no toman vacaciones con la suficiente frecuencia. Hemos investigado y leído una serie de estudios y encuestas que van en una amplia horquilla: desde las que afirman que alrededor de la mitad de los encuestados no se toma vacaciones anuales hasta aquellas personas que dicen que ni anuales ni con otra frecuencia: que nunca los toman. Gran parte de la gente cuando toma sus vacaciones a menudo se lleva el trabajo consigo (documentos que tiene que leer, contratos, etc.) lo que provoca que se mantengan en “modo on” (pensando en el trabajo todo el día) del cual se supone pretenden escapar. No hay que exagerar tampoco: si un líder de una multinacional está disfrutando de golf, playa y familia, algunos ratos que dedique a revisar con calma papeles de trabajo, no le va a afectar. Es más, en ese nivel de responsabilidad profesional le generaría estrés no hacerlo. La cuestión es no pasarse. Regularlo.

Pero cuando las personas que no tienen tanto nivel de responsabilidad y están en un trabajo que puede considerarse de tipo medio, llevarse tarea y/o preocupaciones es del todo lamentable, por varias razones que son comprensibles y que cuando nuestras lectoras/es las lean también les servirá de reflexión sobre su actitud respecto a las próximas vacaciones que ha decidido tomar.

Todo esto surge de un estudio “Does vacation enable recuperation? Changes in well-being associated with time away from work” (¿Hacen posible una recuperación las vacaciones?Cambios en el bienestar asociados con el tiempo que estamos fuera del trabajo) de Strauss-Blasche G, Ekmekcioglu C, Marktl W. de 2.000 del departamento de psicología de la Universidad de Viena.

Podemos extraer unas interesantes conclusiones:

1º) Vacaciones = más creatividad

Unas buenas vacaciones puede ayudarnos a volver a conectar con nosotros mismos, operando como un vehículo para el auto-descubrimiento y ayudarnos a volver a sentirnos lo mejor posible. Es frecuente que al estar libres de estrés podamos pensar con claridad, planificar muy cómodamente algunas cosas que se quieren realizar el nuevo año, en suma, aflora la creatividad.

2º) Las vacaciones son una vacuna contra el agotamiento futuro

Los trabajadores que se toman su tiempo de manera regular todos los años, con la finalidad de relajarse y disfrutar, son menos propensos a experimentar agotamiento, haciéndolos más creativos y productivos. Ya están preparados mentalmente para los nuevos excesos de los meses posteriores a las vacaciones, que seguramente ocurrirán. Porque si algo hemos aprendido de la crisis es que todas/os hemos estado sometidos a un exceso de trabajos, responsabilidades y no hemos tenido el necesario descanso que nuestro cuerpo y mente nos exigían. Es más: en el 90% de los casos, las personas desoyen su propia voz interior que les dice que ya no pueden más. Que están agotados.

3º) Vacaciones = wellbeing

Es evidente que las vacaciones tienen responsabilidad directa en nuestra salud y bienestar. El tiempo libre que ejercemos casi sin limitaciones durante al menos 15 días, es como una “bocanada” de “salud comprimida” que se quedará con nosotros durante varias semanas. Lo ideal es varios meses. Esto dependerá del tipo de trabajo y la personalidad de cada uno. Cuánto mejor bienestar hayamos acumulado durante el corto período vacacional, en menores cotas mantendremos los niveles de estrés los meses inmediatos posteriores a las vacaciones.

4º) Efectos inmediatos al tomarnos las vacaciones

Del estudio se desprende que tres días después de las vacaciones, todos aquellos dolores musculares y demás quejas físicas de los individuos que habían participado del estudio descendieron abruptamente o desaparecieron. También mejoraron la calidad del sueño y su estado de ánimo. Pero lo importante que arroja la investigación, es que cinco semanas después de que hubieran acabado sus respectivas vacaciones, las personas seguían disfrutando de esos beneficios en la salud física y anímica, pero muy especialmente aquellos que tuvieron más tiempo personal libre para disfrutar y un nivel de satisfacción general elevado durante sus vacaciones.

5º) Vacaciones = mayor rendimiento en el trabajo

No es sólo la calidad de vida que se disfruta por una recomposición física-mental que dura varias semanas más una vez finalizada el período vacacional, sino que los beneficios psicológicos derivados de éste, no sólo reportan una mayor calidad de vida, sino que pueden conducir también a una mejor calidad de las tareas y responsabilidades que tiene en su puesto de trabajo, lo que redunda en beneficio para la salud mental al mismo tiempo que para el rendimiento.

José Luis Zunni es el director de la edición online de ECOFIN. Miembro de la Junta Directiva de Governance2014. Coordinador académico de la Red e Latam del grupo media-tics.com. Ponente de seminarios de Management y liderazgo de la EEN (Escuela Europea de Negocios) y coordinador del Foro de Management y Nueva Economía de la EEN. Analista de la realidad actual, especialmente en los aspectos económicos, políticos y sociales. Experto en Management y formador de directivos y profesionales en las técnicas de liderazgo.

Ximo Salas co-autor del libro “Mejora y gana (Manual de marca personal para la búsqueda de empleo)”.Fundador de Crea Community (Social Media and Human Resources Company). Consultor, conferenciante y formador. Miembro de la Junta Directiva de Governance2014

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