¿Crees que los medios de comunicación actuales, especialmente los que se dirigen a un público masivo, reflejan adecuadamente los problemas básicos de las sociedades actuales?
En absoluto. Tenemos un grave problema: la revolución digital ha arrasado el modelo de negocio de la prensa, que está básicamente arruinado, con algunas excepciones a nivel internacional. Además, los medios de comunicación de masas como la televisión, la radio y otros, han entrado en una terrible “niebla” que algunos denominan “infodemia”. Se conculcan sistemáticamente las reglas básicas del periodismo de calidad que han sido los pilares de las sociedades democráticas. La información dominante está plagada de noticias falsas, sesgadas, desde trincheras políticas ciegamente partidarias. Con frecuencia los medios dominantes practican un seguidismo vacío de la actualidad, copiándose unos a otros, navegando por la mera superficie de las noticias, sin profundizar en sus causas, el contexto y las corrientes de fondo.
Debo salvar de esta visión pesimista a una gran cantidad de pequeños editores, en papel y online, que hacen una esforzada labor proporcionando información muy útil en nichos de mercado en numerosos países.
Debemos entre todos, especialmente los gobiernos y las instituciones democráticas, partir de cero, para reinventar de arriba abajo el periodismo de la era digital avanzada, especialmente ahora que contamos con nuevas y poderosas herramientas como la Inteligencia Artificial Generadora.
¿Cual son en tu opinión, los temas esenciales sobre los que la ciudadanía de cualquier país o nación debe tener información de calidad a fin de tomar decisiones bien fundamentadas?
Podemos agruparlos en tres apartados básicos: economía, política y tecnología. El primer tema nos daría para extendernos demasiado. Resumiendo mucho, la gente informada debe saber que estamos en una economía globalizada en rápida mutación, en la que no hay nadie al mando, es demasiado compleja, como ha puesto de relieve, por ejemplo, Harari. Pero esta realidad tiene algunas derivadas muy preocupantes. La primera, en mi opinión, es el crecimiento monstruoso de la economía financiera o especulativa sobre la economía real. Economía real es cuando por ejemplo, alguien compra un producto de alimentación por un precio. Economía financiera es cuando alguien invierte en un valor en bolsa, siempre por ejemplo. Esta segunda economía especulativa ha crecido de manera monstruosa, especialmente a partir de la década de 1980, con la desregulación. Muchos chicos listos se dieron cuenta de que era posible ganar mucho dinero en muy poco tiempo. El caso de las hipotecas, bastante reciente, mostró que se podían agrupar varias hipotecas en un activo que podía cotizarse (empezó en EEUU), saltándose algunas regulaciones. Ello permitía que gente que no tenía capacidad económica para acceder a la compra de un inmueble, pudiera hacerlo por esta especie de puerta trasera. Todos contentos. Hasta que estalló la burbuja. Luego el juego se hizo más complejo, pero los especuladores siguieron encontrando "puertas traseras". Ahora la economía especulativa supera en más de 150 veces el dinero en metálico en todo el mundo. Y crece sin pausa.
Luego están las criptomonedas, la principal es el bitcoin, pero existen más de 10.000 monedas virtuales en el mundo y subiendo. Ahora hay más de 100 millones de personas en el mundo que poseen bitcoin, solo de esa moneda. Los medios informan de vez en cuando de personas o grupos de inversores que tienen pérdidas millonarias especulando con criptomonedas, pero estamos tan solo al principio de un fenómeno mayúsculo, que potencialmente puede acabar con el control de los gobiernos, de los bancos centrales y demás reguladores. Derivamos hacia lo desconocido. Los particulares harían bien en ser prudentes.
Pero hay muchos más factores tener en cuenta. Por ejemplo, los fondos que administran activos ajenos y también propios. El primero de ellos es BlackRock, capitaneado por un judía muy listo llamado Larry Fink. La última cifra que tengo le adjudica fondos bajo administración de cerca de diez billones de dólares. Participa en 21 grandes empresas españolas cotizadas y es el primer accionista del Santander y BBVA. Otro fondo de capital privado, Blackstone, tiene 650.000 millones de dólares en activos. No hace mucho compró baratitas 30.000 viviendas de protección oficial en Madrid y al poco tiempo subió los alquileres y comenzó a desahuciar. Se llaman fondos buitre.
Los fondos bajo gestión de BlackRock, más los de Vanguard y State Street, suman ya más de 22 billones de dólares, más que el PIB de EEUU, que es del 21 billones y el de China, que es de 15 billones. El de Rusia es 1,47 billones.
El mercado armamentístico mundial va viento en popa desde la guerra de Ucrania y ahora con la ofensiva de Israel sobre los terroristas palestinos, que además de militantes de Hamás, mata a miles de niños, el tema se dispara. El mercado de las armas ha superado los dos billones de dólares anuales. Hay cinco grandes conglomerados de fabricantes y vendedores de armas, cuatro de los cuales son norteamericanos, bastante normal si tenemos en cuenta que EEUU se gasta en armas al año 750.000 millones de dólares. ¿Adivinan cuáles son los principales accionistas del conglomerado de las armas? Los medios de comunicación de desgañitan contándonos cada día las bombas, los muertos y la destrucción de las guerras. Meter miedo a la gente es buen negocio. Pero ¿cuánto han contado sobre los fondos mencionados y su desempeño? Estamos ciegos y muchos periodistas contribuyen a ello.
Otro tema capital consiste en la consideración política. Los medios de comunicación incurren en una importante SESGO MEDIÁTICO: publican informaciones según patrones generalizados, que resaltan los temas más escandalosos o llamativos, hasta divulgar una visión de la realidad distorsionada. La imperiosa necesidad de logar grandes audiencias es con frecuencia la causa de esta significativa desviación. No hay muchos estudios al respecto. Hay un libro en mi opinión esclarecedor, “Factfulness” de Hans Rosling, una eminencia del análisis de tendencias globales. La mente humana tiene una tendencia innata a dividir el mundo de manera binaria (nosotros contra ellos), de manera en que consumimos la información de los medios basada en la explotación del miedo. Cuando nos informamos, nos dejamos llevar por sesgos inconscientes, de manera que nuestra visión del mundo es bastante peor que la auténtica realidad. El resultado es que la realidad económica y social del mundo es mucho mejor de lo que pensamos. Esto tiene un gran peso en la política, en los gobiernos y en las votaciones. Rosling nos hace ver la auténtica realidad con hechos contrastados que demuestran que el progreso y las mejoras se abren camino a la larga, aunque haya retrocesos puntuales y temporales. Encuadrar la actual ola de populismo y nacionalismos radicales en este contexto es de gran importancia.
Abordemos ahora el difícil tema del PROGRESO TECNOLÓGICO. Es de capital importancia entender que la humanidad está inmersa en un periodo excepcional de su larga historia, porque están convergiendo varias nuevas tecnologías disruptivas y el progreso se ha vuelto exponencial. (Computación cuántica, Inteligencia Artificial Generativa, nanotecnología, biotecnología, dispositivos cerebrales, por citar algunas). La progresión exponencial es difícil de entender para la mente humana, acostumbrada al progreso lineal. Rompe una barreras mentales muy arraigadas. Así que el sentido del progreso humano tiene grandes dificultades para esclarecerse. Por supuesto, tenemos numerosas predicciones sobre el futuro y escenarios prospectivos espectaculares, incluso de ciencia ficción, pero es muy fácil que estén contaminados, por una arraigada visión antropocéntrica que son, al final, meras extrapolaciones de la cultura dominante actual. Es difícil sustraerse a este peso muerto. Haríamos bien considerar el progreso tecnológico como un elemento esencial de la realidad, pero sometido a grandes interrogantes inherentes.
¿Donde encontramos fuentes fiables sobre los problemas vitales del complicado mundo actual?
Debemos partir de la base de que casi todo está en Internet, pero con frecuencia no es fácil llegar a ello. Y lograr inteligencia a partir de los datos, relacionarlos adecuadamente, es complicado. La Inteligencia Artificial actual es ya bastante buena a la hora de recopilar y ordenar los datos, pero a la hora de analizar los mismos y sacar conclusiones inteligentes, es todavía bastante limitada.
Entre las publicaciones más prestigiosas del mundo que deberíamos consultar regularmente, podemos mencionar las siguientes: el semanario “ The Economist”, “The New York Times”, “The Washinton Post”, “The Guardian” y “Le Monde”, por citar sólo a algunos. En medios on-line de calidad, me gusta
www.medium.com. Los medios españoles “El País” y “La Vanguardia” deben ser tenidos en cuenta.
Para seguir con cierta profundidad los temas de vanguardia y nuevas líneas de pensamiento influyente, es importante informarse regularmente en la sección de libros de “The Economist”, del “New York Times”, de “Le Monde”, y “The Washinton Post”, entre otros. Los libros siguen siendo un activo esencial en la nueva era digital y todo parece indicar que lo seguirán siendo. Las bibliotecas son los templos del pensamiento humano.
Es imprescindible navegar por Internet de manera sistemática buscando información de alta calidad, así como contactar y entrevistar a los expertos de diferentes categorías. Hacen falta varias horas de dedicación diaria para mantenerse regularmente informado en el complicado mundo actual, en el que el 99% de la información más accesible es basura.
(Miguel Ormaetxea ha presentado recientemente su 5º libro, “La Espuma de los Días”, en el Espacio Ronda de Madrid. Está disponible en Ediciones Mándala, con ilustraciones de la artista Alicia Machimbarrena y prólogo de la arquitecta y escritora Cristina García-Rosales. Anteriormente ha publicado “La Próxima Línea de Sombra”, “No ganan los buenos”, “Cuentos Cuánticos” y “El Futuro es Ahora”. Su página personal, en la que se recoge una parte de su obra, está en www.miguelormaetxea.com).