La Inteligencia Artificial está entrando en una fase de desarrollo exponencial. Con una inversión de 7.500 millones de dólares en investigación sobre este campo, hemos entrado en una fase temprana de la Inteligencia Artificial que puede dispararse en poco tiempo. Podemos enfrentarnos en un futuro cercano a un monopolio tecnológico inédito en la historia. Los cinco gigantes anunciaron hace poco que han puesto en marcha una organización conjunta para “avanzar en la comprensión de la Inteligencia Artificial y para establecer un manual de buenas prácticas sobre los desafíos y oportunidades en este campo”. Estas mismas empresas han comprado en poco tiempo más de 30 startups dedicadas a desarrollar la Inteligencia Artificial. Están acaparando los mejores talentos del mundo dedicados a esta materia. La Vieja Europa debería echarse a temblar, pero está más bien enfrascada en defender los intereses de las viejas empresas actualmente dominantes.
Algunos ya llaman a estos gigantes norteamericanos los “Frightful Five”, algo así como “Los Cinco Espantosos”. Estas cinco son cada vez más grandes, dominan abrumadoramente sus propios sectores, se adentran en otros nuevos y han desarrollado una estrategia muy eficaz para librarse de la competencia de los advenedizos. ¿Quién podría hacerles sombra? Airbnb podría dominar el negocio de la hostelería y el alojamiento. Netflix, por su parte, tal vez podría alzarse con la primacía del entretenimiento. Una compañía china, Alibaba, podría alzarse entre las grandes del comercio electrónico. Otros gigantes norteamericanos, como IBM, Cisco, Intel u Oracle, poseen excelente tecnología en sus propios nichos, pero no han logrado establecer una “plataforma” propia como los cinco grandes. Las “Frightful Five” están formando una malla ineludible que domina sectores críticos de la economía. Además, están entrando por la puerta de atrás en nuevos negocios, sin que las autoridades reguladoras estén haciendo nada eficaz para establecer un campo de juego equilibrado.
El Proyecto Fi de Google es un ejemplo de esto. Este proyecto, aún solo para invitados, intenta un cambio de paradigma en las telecos y en los móviles, un smartphone Nexus capaz de cambiar entre las distintas compañías suministradoras de conexión, sin tener que intercambiar tarjeta o número de teléfono. El móvil distingue la señal más clara entre las diferentes compañías de telecos. Incluso si hay un Wi-Fi disponible pasará a esa red y enroutará las llamadas sobre ella. Los clientes pagarán a Google una comisión global y Google se encarga de pagar a los transportistas. Este avance ha sido posible gracias a un nuevo tipo de tarjeta SIM creada por una empresa alemana G&D. Los últimos iPads de Apple también buscan ese mismo avance, soportando múltiples operadores. Pero Apple no admite todavía el intercambio de portadores sobre la marcha. Otros gigantes como Samsung, Xiaomi o Microsoft pueden seguir por el mismo camino. Esta competencia puede ser totalmente injusta para las compañías tradicionales de telecos, un sector en el que Europa tiene potentes empresas. Estos gigantes penetran en el jugoso negocio de las telecos sin estar sometidas a las estrictas regulaciones que deben soportar los transportistas.
La Unión Europea no logra establecer una estrategia para hacer frente a este peligroso monopolio emergente de las Big Five. Está demasiado centrada en defender los intereses de las empresas europeas establecidas, con sus potentes lobbies en Bruselas. Los expedientes o las multas multimillonarias con los que la Unión castiga de vez en cuando a alguna de las Big Five son un recurso con frecuencia tan ineficaz como patético. Europa, conmocionada por muchos desafíos como la oleada migratoria o el Brexit, se está distrayendo de este crucial reto.
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