La sociedad digital ha parido un monstruo que se llama infodemia, la saturación de información manipulada, falsa, abrumadora, que produce una peligrosa saturación y desviación de la opinión pública. En estas vísperas de elecciones en España, donde está en juego qué modelo de país queremos, es urgente revindicar las bases del periodismo de calidad.
Tal vez deberíamos decir periodismo a secas, porque mucho de lo que circula en los medios y redes sociales no merece entrar en la categoría de periodismo, un trabajo de extraordinaria importancia para que las sociedades tomen decisiones bien informadas. Estas son algunas de las bases históricas de este trabajo, definidas en más de un siglo de vigencia: Estas son algunas, no todas:
-No mezclar la información con la opinión. Sacrosanto principio del buen periodismo que se incumple sistemáticamente, salvo contadas excepciones. Vete a un quiosco y mira solo las portadas. Para llorar.
-Titulares engañosos hechos para lograr clics. Te escamotean la noticia y prometen lo que van a incumplir. Deberían ser castigados a que nadie vuelva a visitarlos.
-Comprobar una noticia, sus fuentes y fundamentos. Ofrecer a las partes aludidas la posibilidad de dar su visión.
-Periodismo de correveidiles de declaraciones sin sustancia. Una verdadera plaga, pero llenan los informativos de auténtica infodemia.
-Insultos y descalificaciones. Los periodistas deberíamos ser censores de un panorama político encanallado hasta el paroxismo. Cuando alguien insulte y ofenda, debe dejar de existir informativamente. Eso no es información, es basura.
-Fuera el morbo, respeto a las víctimas. Los supuestos periodistas carroñeros son una plaga. Se tratará a las víctimas con exquisita consideración.
-La información llamada del corazón, si está hecha con ética, puede ser respetable. Pero no es periodismo, es otra cosa. La vida privada de las personas no debe ser noticia, excepto cuando tiene consecuencias políticas o penales.
-La comunicación es una rama del periodismo totalmente respetable, en la que actualmente trabajan más profesionales que en los medios de comunicación. Debería haber un fluido intercambio entre estas orillas, respetando y fomentando un código ético.
-Cuidado al confraternizar con las fuentes. Estamos para fiscalizar a los poderosos, no para servirles. Con demasiada frecuencia, se traspasan los límites.
-No puedes informar de aquellas empresas o instituciones en los que tienes intereses. El caso Enron en EEUU fue paradigmático, muchos de los periodistas que informaban sobre esta importante empresa de energía cobraban de ella. El resultado fue una de las quiebras más sonadas en Estados Unidos.
Este es un decálogo bastante elemental. Ahora comprueben ustedes mismos como se cumple en su entorno informativo inmediato. La profesión del periodismo se ha encanallado con sueldos por los suelos y un paro pavoroso. Esa circunstancia he influido notablemente en este estado de cosas. Las asociaciones de la prensa y las federaciones tienen aquí un importantísimo papel que cumplir y no siempre aciertan. Y las facultades y escuelas de periodismo deberían ser más activas al respecto, me parece.
Un último experimento. Google News, que estuvo ausente en España varios años, ofrece cada día un resumen de las noticias en el entorno español que su algoritmo considera más destacadas, en número considerable. He comprobado en varios días que bastante más de la mitad conculcan palmariamente los principios del periodismo de calidad. Deberían ser más cuidadosos. ¿No pueden aplicar un poco de Inteligencia Artificial al algoritmo de selección? Ahí lo dejo.