Una prensa devastada por la revolución digital se enfrenta a un reto crucial:
cómo fiscalizar a un presidente que les ha declarado la guerra
Los medios de comunicación norteamericanos –digitales o en papel- se encuentran en una posición económica de gran debilidad en su mayoría cuando tienen que responder al desafío que les ha lanzado el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Tal vez despierten y se pasen en masa a un modelo de negocio por suscripción. O tal vez se hundan hasta límites que no sospechamos. Pero en todo caso, el mundo de la información, las fábricas de noticias, no volverán a ser las mismas.