Nunca en la historia el negocio de la información, la edición y el entretenimiento, ha vivido tiempos más revueltos. Los naufragios son aterradores. Solo un dato: la cifra de periodistas parados en España creció el año pasado el 23% hasta los 8.636 profesionales, según el valioso “Informe Anual de la Profesión Periodística 2020” editado por la Asociación de la Prensa de Madrid. El mismo informe pone un dedo en una de las heridas sintomáticas de los medios españoles, tetanizados por una gestión incapaz que los ha descolgado de los países avanzados en digitalización: las tres grandes editoras españolas, Prisa, Vocento y Unidad Editorial, no superan el listón del 20% de facturación digital sobre facturación total. Mientras que grandes grupos europeos como Axel Springer, el noruego Schibsted, o Wolters Kluwer, están por encima del 70%. Toda la zona norte europea tiene una cuota digital por encima del 50%. Lo que va a pasar a continuación está cantado: los españoles van a ser comprados a precios de saldo, teniendo la gran ventaja, que no han sabido aprovechar, de la enorme área de la lengua hispana. ¿Solo nos queda llorar?
El grupo francés Vivendi lleva camino de ser uno de los ganadores. El 22 de enero entró en el capital de Prisa al hacerse con una participación del 7,6% tras comprársela al banco HSBC por unos 50 millones. Inmediatamente anunció que había aumentado su participación en el grupo español hasta el 9,9% del capital en el grupo editor de “El País”, el medio más influyente y con mayor audiencia del mundo de habla hispana. Una ganga. Claro que viene de la mano de Amber Capital, que en un mes ha dado un golpe de mano espectacular tomando el puente de mando de Prisa y echando al Javier Monzón, el hombre de Ana Botín. Está claro que los banqueros no saben de este crucial sector, no tienen perspectiva.
Amber tiene casi el 30% de Prisa tras invertir unos 350 millones y aguantar pérdidas millonarias. Telefónica va ahora de su mano, con su 9% y Rucandio, que pasaba por allí, es el cuarto accionista con un 7,6%. Está claro quién tiene ahora la última palabra sobre las decisiones del grupo. Mucho más teniendo en cuenta que Amber y Vivendi son ya socios en el grupo francés de comunicación Lagardère. Vivendi está presente en telecos y entretenimiento, propietario de Universal Music, Canal+ y Editis, entre otros. Amber ya ha dicho que quiere una TV para Prisa y Telefónica tiene Movistar. Pallete viene diciendo desde hace tiempo que no le interesan los medios…
Se está formando un grupo global de medios, contenidos y telecos, que habla francés y tendrá vara alta en el inmenso mercado de habla hispana, contando también con 50 millones de hispanohablantes en EEUU. ¿El Gobierno de Sánchez no tiene nada que decir al respecto? ¿O es que ya lo ha dicho? Es una guerra de gigantes y nosotros nos dejamos jamar el seis, que diría Patxi Andión.
Si (
No(
