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Cada año que se celebra un nuevo encuentro del (WEF) World Economic Forum en la localidad suiza de Davos, se esperan con mucho interés las declaraciones de los más importantes líderes mundiales, tanto de la política como de la economía. También cada año está abanderado por un eslogan que pretende sintetizar el espíritu del WEF para el nuevo ejercicio que se inicia.
En 2018 se ha dispuesto que sea "Crear un futuro compartido en un mundo fracturado". ¿Aspiraciones no más? ¿No serán en cambio pautas concretas que debemos exigirle al liderazgo?
Siendo muy realistas, los encuentros mundiales, caso del de “Cumbre de Cambio Climático” de Paris, aspiran siempre a promover aquellas transformaciones que la comunidad internacional está esperando. Al mismo tiempo, la mayor velocidad en la información y las NT’s han puesto a disposición de cualquier persona la capacidad de opinar, así como de hacerse notar aquellos grupos que representan colectivos que exigen determinados derechos -caso del de LGBT (Lesbianas, gays, bisexuales y transgénero).
Las banderas que flamean en la Comisión Europea en Bruselas son el símbolo incuestionable del liderazgo que nos ha llevado a ser la Unión Europea, la región más próspera social y económicamente de todo el orbe.
En varias ocasiones, dos de los autores, Salvador Molina y José Luis Zunni han suscrito informes y documentos especiales, caso del Brexit, sobre situaciones que en cada momento eran la preocupación en la etapa actual de construcción de la Unión Europea. El resto de autores habituales que firman en esta tribuna, también comparten la misma filosofía europea, más que nunca necesitados en un momento crucial de España y Europa, de que haya lucidez en el liderazgo.
De ahí nuestro obligado reconocimiento y deuda con las personalidades consideradas por la Comisión Europea como “padres fundadores de la Unión Europea”, que son Konrad Adenauer, Jean Monnet, Winston Churchill, Robert Schuman, Alcide de Gasperi, Paul-Henri Spaak, Walter Hallstein y Altiero Spinelli.
| Comisión Ëuropea en Bruselas |
Cayo Suetonio Tranquilo (70–126 d.C), fue un historiador y biógrafo romano durante los reinados de los emperadores Trajano y Adriano, siendo su obra más importante “Las Vidas de los doce césares” en la que narra el tiempo de los gobernantes de Roma desde Julio César hasta Domiciano. Nos parece interesante su relato del momento en que César llora frente al monumento de Alejandro Magno en la actual ciudad de Cádiz (Gades en tiempo romano), en la cual había un templo dedicado a Hércules y cerca de él, una estatua inmensa dedicado al gran general griego.
César fue a presentar sus respetos al hombre que admiraba, pero mientras la contemplaba, le viene a su mente la edad de Alejandro, que creó todo su imperio hasta los confines de Asia con sólo 33 años. Le conmocionó de tal manera, que al considerar que en ese momento tenía 32 años y no había logrado algo semejante a lo de Alejandro, dimitió de su cargo en Hipania Ulterior, regresó a Roma con la confianza de encontrar una responsabilidad que le satisficiere.
Vivimos inmersos en una sociedad tecnológica porque pareciera que todo el pensamiento filosófico, político, económico y social que se desarrolla con fuerza a partir del siglo XVIII, hoy ha perdido vigencia frente al poder de la ciencia y tecnología.
También es cierto, que no hay evolución de pensamiento sin un salto en la ciencia, ya que el avance social como consecuencia del cambio tecnológico, impone la necesidad de una adecuación de normas y procedimientos, que van desde la manera en que hacemos nuestras tareas diarias hasta la forma en que consumimos productos de primera necesidad o qué programas vemos por televisión. Todo…absolutamente todo, está condicionado por la innovación tecnológica
“Para cocinar bien tienes que ser feliz”. Es la extraña receta del mejor cocinero del mundo desde que en 2013 así lo reconoció la revista Restaurant. Joan Roca, el hermano chef de El Celler de Can Roca, afirma que él no crea buenas recetas o sirve platos sorprendentes. Joan Roca dice que su misión es hacer felices a sus clientes y que lo que sirve en sus mesas es: Felicidad.
Es la mejor receta para cualquiera que quiera liderar su sector, su profesión, su empresa. Su misión es hacer feliz a sus clientes, a sus trabajadores, a la sociedad a la que sirve.
Y para servir felicidad antes hay que interiorizarla, antes hay que ser feliz. No se puede dar lo que no se tiene
No es lo mismo hablar que comunicar. Hablar lo sabemos hacer todos –Se supone-. Hablando lo que hacemos es transmitir información, algo que no entraña mucha dificultad. Comunicar sin embrago supone algo más, no solo nos tenemos que limitar a lanzar información, también debemos implicar las emociones. Con las emociones conseguiremos llamar la atención de nuestros interlocutores y haremos que nuestro mensaje sea recordado.
“Si no comunicas no transmites sentimientos, sin estos es imposible liderar a tu equipo”.
El líder no es Papá Noel. Pero en este diciembre que ya abre sus puertas, es bueno adentrarse en las raíces mismas del liderazgo. Por ello, hay que desear paz a los líderes de buena voluntad dispuestos a tener éxito en un mundo en profunda vorágine y transformación. El volcán puede parecer extinto, pero en su interior siempre se suceden corrientes de ríos de lava y explosiones.P El líder es aquel capaz de capear el peor temporal en alta mar con su mejor sonrisa.
Si tuviésemos que explicar cuál es la situación actual del liderazgo, probablemente bastaría esta imagen; porque vale más que mil palabras. El lago glacial del Yoho National Park (British Columbia, Canada) ejemplifica la quietud; aunque sólo es una quietud superficial que esconde una gran profundidad y varias corrientes a los que está sometido bajo esa simulación de calma.
| El equilibrio interior del líder se expresa en esta imagen de Yoho National Park, British Columbia, Canada. |
Una noticia que no pasó desapercibida hace pocos días en Madrid, es que un conductor de autobús recibió esa llamada que nadie quiere recibir, como la del fallecimiento de su padre mientras estaba conduciendo. Esto es lo que le llevó a dirigirse a los pasajeros pidiéndoles por favor que se bajasen y esperasen el siguiente bus, porque no estaba en condiciones anímicas para llevarlos de manera segura.
Así lo expresó este empleado de la EMT. Es evidente que no podía garantizar la seguridad de las personas a bordo al estar afectado por una fuerte ansiedad más que justificada por la mala noticia. Este hecho es por sí sólo merecedor del reconocimiento de cómo actuar en consciencia y extensible desde un trabajador de base a un líder de una organización.
Tú decides: ser astuto como el zorro o ser osado y pelearse contra el oso que se cruza en tu camino. El llamado liderazgo en la buena dirección nos avisa de que la distancia más corta hacia nuestro objetivo no siempre es la línea recta. En nuestra dirección puede haber atasco en la autopista o un gran macho alfa circulando hacia nosotros por el mismo camino. Son muchos los autores y expertos que hacen referencia al “leadership in the right direction” (liderazgo en la buena dirección). Estar en la buena dirección afecta todos los órdenes de la vida.
Como el excursionista de nuestra foto de portada, que creía estar en el buen camino pero que no estaba en sus planes poder encontrarse con un oso grizzli. En nuestra contribución de hoy, este enorme mamífero equivaldría a un competidor agresivo del mercado o también, a esa personalidad que reside en nuestro interior y debemos dominar, mirándonos más hacia dentro, revisando nuestros principios y valores de actuación.
Si uno de los objetivos esenciales del liderazgo efectivo es preparar muy bien a los directivos para la toma de decisiones, si bajamos al plano personal también se nos presentan momentos en que una decisión puede cambiar el rumbo de nuestra vida profesional.
Cualquier alumno que están cursando un master o algún otro curso de postgrado, como aquellos jóvenes recién licenciados en sus respectivas facultades de económicas, empresariales, sociología, políticas, ingeniería, ciencias de la información y muchas otras, que tienen la necesidad de incorporar un nivel de formación cuaternaria, una decisión oportuna es la que les puede abrir un horizonte de desarrollo personal que no se habían planteado hasta ese momento.
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