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Blogs > Prefiero entender un por qué
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¡Quién puede dudar del poder mágico de una sonrisa! Harvey Ross Ball (1921-2001) fue un diseñador estadounidense al que se le atribuye el mérito de haber hecho el diseño de una popular imagen gráfica de emoticonos, que se convirtió en un icono internacional notable y perdurable.
La tarea que me he propuesto hoy es que, a pesar de los problemas que nos invaden cada día (basta ver un telediario), es fundamental para nuestra estabilidad emocional y también para nuestra salud física, que podamos sonreírnos más de una vez desde que nos levantamos hasta que nos vamos a la cama.
George Bernard Shaw (1856-1950), fue un dramaturgo, crítico y polemista irlandés cuya influencia en el teatro, la cultura y la política occidentales se extiende desde 1880 hasta nuestros días. Siempre nos encanta traer las inteligencias del pasado a este presente abrupto que nos quita tiempo para pensar. No es un simplismo ni una frase hecha. Es una verdad objetiva que nos está condicionando nuestro futuro como personas y como especie.
Se percibe hoy día más que nunca que la sociedad actual necesita aferrarse a sus raíces. Beber de su historia, nutriéndose de aquellos logros que fueron buenos para hombre y mujeres de cualquier época. La historia ni se detiene ni espera a nadie. Pero la historia enseña a que no hay que repetir errores, sino aprender de ellos, cuestión ésta que da para un gran debate, porque sin duda seguimos sin aprender del pasado.
Un documento de trabajo de los economistas de Harvard Alberto F. Alesina, Armando Miano & Stefanie Stantcheva de enero de 2020, muestra cómo las percepciones políticas deforman nuestra comprensión de hechos verificables de otro modo. Según esta investigación, las creencias políticas no solo dan forma a nuestras convicciones; dan forma a nuestra percepción de la realidad objetiva. Es preocupante, que percibamos la realidad distorsionada porque prevalece nuestra ideología, o simplemente nuestro convencimiento sobre determinada cuestión, dejándonos llevar más por la emoción que por un análisis objetivo.
Lo que te voy a decir no corresponde a una escena de una película (aunque podría serlo), sino a que por un momento representes un papel (como un actor) y te mires al espejo y te preguntes a ti mismo si te gusta lo que ves.
¿Por qué te insto a que lo hagas? Porque es frecuente (no es ninguna maldición ni conjura masónica) que, en algún momento de nuestra vida, las personas dudemos de nuestras habilidades y capacidades para el trabajo que hacemos, o no nos encontremos a gusto por algunos cambios que se implementaron en la organización y que afecta nuestro departamento, aunque muy en particular, las funciones que estamos realizando hasta el mismo día de hoy.
Nuestra foto de portada es una de esas ironías del destino: un campo de girasoles en Europa como símbolo de paz y prosperidad, mientras dos Eurofighters de construcción europea lo sobrevuelan.
Eso que se dice habitualmente de que “estamos en una semana crucial para Europa y el mundo” por motivo de la Cumbre de la OTAN de Madrid, dicho así es cierto por la trascendencia del evento y especialmente el momento en el que se celebra, después de más de 100 días de haberse iniciado la Guerra de Ucrania. Pero cuando ponemos todas las piezas del puzzle sobre el tablero, nos damos cuenta que muchas semanas hacia atrás, también ha habido en el tiempo las que podían catalogarse como críticas para Europa y el mundo. La cuestión es ver qué nos está pasando en Occidente respecto a cómo estamos afrontando el presente y qué garantías hay de que lo hagamos mejor en el futuro.
Cuando mis lectores/as vean la foto que ilustra mi Blog de hoy y lean el título, seguramente pensarán que me ha invadido una corriente de pensamiento negativo para hacer este tipo de afirmaciones. Pero les pregunto: ¿nos estamos autodestruyendo como civilización? ¿No es que hemos llegado a niveles de desarrollo tecnológico impensables hace tan solo una década, aunque la igualdad, la justicia y la equidad siguen estando lejos de los niveles mínimos aceptables para una sociedad desarrollada?
Hemos recorrido un largo camino para llegar a los niveles de desarrollo tecnológico de los que disponemos hoy. Nos miramos al ombligo y nos decimos que somos la única especie en el planeta que puede manipular el entorno y entender buena parte de lo que le rodea. Eso sí…hasta que sucede un Tsunami o un terremoto.
A lo largo de estos años de vida de mi Blog, nos hemos encontrado en varias ocasiones mis lectores/as y Lao Tse. Es considerado uno de los filósofos más relevantes de la civilización china, que según establece la tradición del “Gran Dragón Asiático” vivió en el siglo VI a. C.
Nos recuerda la importancia de disfrutar y saber vivir el presente, cuando con frecuencia también el hoy se hace insoportable, si pensamos, por ejemplo, en los resistentes ciudadanos ucranianos que están soportando un presente ya demasiado largo e injusto. Claro está, que entre la Guerra y la crisis económica que estamos padeciendo, incluso teniendo la suerte de no estar en zona de guerra, no podemos dejar de pensar en el futuro ahora mismo, ese muy inmediato que está disparando precios y nos alerta sobre una crisis alimentaria.
La frase original es “Keep your face always toward the sunshine - and shadows will fall behind you” y pertenece a Walter (Walt) Whitman (1819-1892) que fue un poeta, ensayista, periodista y humanista considerado uno de los más influyentes escritores estadounidenses. Sin duda, encierra lo que significa la fuerza de la actitud, que muestra nuestro semblante, una sonrisa y especialmente, las palabras.
Si lo que te preguntas es si hay una relación directa entre la actitud que tú tengas en tu vida, en el día a día, y tu nivel de éxito alcanzado, sin duda la respuesta es que sí. Pero la pregunta que a continuación puedes formularte es ¿cómo puedo hacer para mejorar mi actitud hacia las cosas y especialmente a los demás? Y ahora sí que vas por el buen camino.
Sara Blakely, empresaria y fundadora de Spanx, tuvo una infancia en la que su padre siempre le preguntaba: "¿en qué fallaste hoy?". Y para ella y su familia la pregunta sobre cuál había sido el fallo del día replanteaba que el fracaso simplemente implicaba no probar cosas nuevas. O sea, cerrar la puerta a nuevas oportunidades y, esa era la verdadera tragedia.
Nos movemos en un mundo cada vez más complejo a pesar de contar con más tecnología y mejores recursos a nuestro servicio. Esto nos lleva a que tenemos un exceso de inputs y de cosas que aprender y experimentar a diario. Con frecuencia los pensamientos exagerados de fracaso pueden detenernos. El miedo al fracaso puede incluso sofocarnos mucho más de lo que lo haría la realidad. De ahí que, si nos replantemos la pregunta como modelo terapéutico, al querer saber en qué hemos fallado hoy, es una forma útil de reformular la tradicional dicotomía fracaso-éxito. Es relativizar el fracaso y quitarle importancia. Es no tener vergüenza de afrontarlo.
¿Por qué hoy no me siento bien? ¿Qué es lo que me está afectando? Estamos habituados a poner el piloto automático cuando nos levantamos y así conducirnos todo el día. Es comprensible, ya que al ritmo que vivimos tenemos poco tiempo para la reflexión. Y esto no es un mérito para decir “qué bien…cuánto trabajamos”, sino todo lo contario: porque lo hacemos todo como si fuésemos máquinas.
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